Esa no, esa no. No te comas esa, a esa le había cogido cariño. Era mi chuche favorita, me la habían atado hace tres días y ahora me siento desnuda.

Ya se me ha comido el chupete, el Doraemon, la mariquita de chocolate y la Dora Exploradora, a este paso este chiquillo me deja pelada antes de salir de casa.

También te voy a decir una cosa, aunque se coma todas las chuches, siempre me quedará este maravilloso entrelazado que tan virtuosamente me hace el artesano. Lo malo es lo que me espera: tirones, arrastres por el suelo, guerras de espadas- ¡No me tienen respeto, oiga! ¡Con lo que yo he sido! ¡Que yo estuve celebrando la llegada de Jesús a Jerusalén, un respeto, por favor!

Las palmas dominaremos el mundo, al menos hoy, hoy es nuestro día. Cuando la exultante talla de la Entrada de Jesús en Jerusalén salga de San Cayetano a las doce, puntual, luminosa, bajo un sol radiante, las palmas reinaremos por un día.

Nos bambolearemos orgullosas en ese Paso de los hermanos Albareda y poblaremos las aceras, llenas de gente ávida de contemplar la primera Cofradía en la calle.

Privilegios

Ayer fue el pregón, pero hoy es Semana Santa y esta Cofradía tiene el privilegio y el orgullo de ser la que abre el infinito maremágnum de procesiones que nos arrasará estos días. Todavía celebrando su setenta y cinco aniversario las palmas seremos las protagonistas, vestidas con chucherías, o austeras y sencillas en su versión "adulta", compartiendo papel principal con las ramas de olivo para dar, entre todos, la bienvenida al Redentor.

La mañana pasará entre palmas y vermú, con ecos de redobles de tambor y golpes de bombo, pero también de tableteo de carracas, y al final de la misma, cuando mi pequeño dueño, el que hoy estrena zapatos, se haya comido hasta la última de las golosinas que colgaban de mi entrelazado cuerpo, aún le quedará un hueco para meterse, entre pecho y espalda, un enorme Bob Esponja de chocolate con un pollito de fieltro a los pies.

Y llegará la tarde, yo ya me encontraré cansada, incluso deshilachada, mi copete trenzado más parecerá a ese típico peluquín sometido a los avatares del cierzo zaragozano. Pero aún así, saldré de nuevo, de la mano de mi "amo", para contemplar el devenir de las ocho cofradías que en esta tarde procesionarán por Zaragoza.

No creo que pueda verlo todo, porque hoy las cofradías parten desde puntos diametralmente opuestos de nuestra ciudad. Es algo complicado.

La Coronación de espinas lo hará por el barrio de San Gregorio, para visitar el Hospital Royo Villanova y, desde el barrio de Casablanca, llevará la cofradía de Jesús atado a la columna su excelente peana del siglo XVII hasta la iglesia de Santiago el Mayor.

Otras, como los Nazarenos y la Humildad lo harán por los alrededores de la Plaza de San Miguel y el barrio de la Magdalena, respectivamente.

Vía Crucis

Humillación y el Silencio, junto a las Esclavas, realizarán sus Vía Crucis desde San Felipe, la primera y desde San Pablo los segundos.

No será un Vía Crucis, sino la procesión de los Siete Dolores de la Virgen, la que desfile esta tarde desde el colegio Pompiliano de las RR.MM. Escolapias hasta San Cayetano. Es el Prendimiento, que acompañará a su Dolorosa entre sus infinitas filas de instrumentos.

Es un día extraño, algunas de las cofradías que hoy desfilan por la capital aragonesa, lo hacen sin contar con todo su patrimonio, por ejemplo, los pasos titulares de la Columna y del Prendimiento, así como Nuestro Padre Jesús Cautivo de esta última, no podremos disfrutarlos hasta el Jueves Santo y algunas otras se unen a estas.

Pero ello no quita ni un ápice de interés a todas estas procesiones. Ya ven, ¿entienden por qué les decía que no sabía si llegaría a todo? Al final de la noche, muy posiblemente, acabe colgando de un carrito de niño, y pase a dormir un letárgico sueño adornando un balcón, olvidada hasta el Domingo de Ramos próximo, cuando seré sustituida por otra palma fresca y lozana para celebrar este día.

Pero no se entristezcan por mí, es mi papel, igual que lo fue en aquel Jerusalén de hace cerca de dos mil años; la algarabía, el alborozo, los vítores- también fueron palma de un día.