El testamento es un trámite que se plantea normalmente cuando se percibe la muerte como un hecho próximo o cierto y la pandemia del covid-19 ha generado que dicho planteamiento surja con una acelerada antelación entre muchos aragoneses, sobre todo en personas mayores. Las notarías ha aumentado la cifra de consultas y se han recibido muchas más llamadas de personas preocupadas por este asunto.

La inquietud fundamental es la de proteger a los hijos, pero también se da hacia el cónyuge si los hijos son menores, o en el caso de que se trate de testadores que tengan una empresa o actividad económica y proteger la continuidad de la actividad para que no se vea abocada a la disolución por discusiones entre los herederos, según explica Dámaso Cruz, decano del Colegio Notarial de Aragón.

Durante estos meses, a los profesionales les llama la atención la reducción de la media de edad de las personas que realizan consultas sobre el testamento, encontrándose con un perfil más joven que el habitual. «Normalmente es algo que la gente se plantea cuando se hace mayor, mientras que en estas circunstancias se lo ha planteado gente de mediana edad, que de otra manera no veía la muerte como algo próximo», añade.

Aunque el testamento abierto notarial es el tradicional y el más común de los modelos, empezó a incrementarse la demanda del testamento ológrafo, escrito todo entero de su puño y letra. Y ha habido casos que, en circunstancias excepcionales, se ha dictado por teléfono para que el testador lo escriba él mismo.

Ana Rubio, de la gestoría Rubio Morales confirma que se han hecho muchos testamentos ológrafos, «siempre ha existido, pero nunca había visto uno, la gente normalmente va al notario y ahora lo están elevando a público», detalla. Rubio ha atendido a personas mayores preocupadas porque sus conocidos habían fallecido y también algunas que habían visto de cerca la enfermedad.

El notario Luis Arturo Pérez asegura que durante el período más crítico, «hicimos algún testamento urgente de personas que tenían miedo de contagiarse, era población de riesgo o estaban delicadas». Sin embargo, la desescalada ha rebajado el interés y el ritmo de consultas, ahora se ha pasado a una fase más ordinaria, la población acude directamente al despacho y preguntan, y muchos afirman haberse planteado hacer testamento tras la llegada del coronavirus.

El aumento también se refleja en las herencias, pero como estas suponen un procedimiento extendido en el tiempo, todavía es pronto para conocer la dimensión y el cambio estadístico. Otra de las gestorías de Zaragoza afirma que hay más casos de herencias por fallecidos por coronavirus, y esperan la entrada de más, dado que la movilidad comienza ahora a recobrar su curso. A lo que se suma además la dificultad de conseguir cierta documentación de forma telemática.