El Ayuntamiento de Panticosa ha estrenado este sábado las pasarelas que discurren por el desfiladero del río Caldarés, que supone un nuevo atractivo turístico del Pirineo. Estos pasos que cuelgan directamente de las paredes del congosto ofrecen a los visitantes un paisaje único y hasta ahora inaccesible, lo que ayudará a desestacionalizar el turismo» del valle de Tena.

El origen del proyecto parte de un estudio medioambiental y geotécnico realizado entre los años 2017 y 2018, donde se analizó la sujeción de las pasarela y la calidad de roca. En julio del 2020 se inició la construcción, que estaba prevista inicialmente para el mes de abril, pero se retrasó con la pandemia del coronavirus.

La apertura de este recorrido con vistas inigualables se ha producido justo con el inicio del periodo de vacaciones de Semana Santa, un plan al aire libre que a buen seguro atraerá a numerosos visitantes de todo Aragón, al ser posible la movilidad dentro de la comunidad autónoma. Las pasarelas estarán accesibles al público hasta el 1 de noviembre. En invierno se cerrarán por la acumulación de nieve propias de esta zona pirenaica.

Se trata de un sendero circular por el congosto del Caldarés, que comienza en el aparcamiento del telecabina de la estación de esquí de Panticosa y se dirige al camino de las Tierras. A los 700 metros, se sitúa el desvío a las pasarelas, con un kilómetro de recorrido, que salvan unos 160 metros de desnivel del desfiladero. Gracias a ellas, se sube hasta el mirador O Calvé, que es un vista de todo el valle de Tena y hacia el balneario, contemplando picos de 3.000 metros de altitud.

Precios y consejos

El precio de las entradas para acceder a estas pasarelas es de cuatro euros, que se podrán abonar en la máquina expendedora colocada al inicio del recorrido y de tres si se adquieren a través de la página web del consistorio.

El acceso es limitado a 40 personas cada 20 minutos y se recomienda llegar al aparcamiento de la estación de esquí unos 15 minutos antes de la hora de acceso. Aunque la caminata es de exigencia física baja, solo pueden acceder niños a partir de 7 años y hasta los 16, y tendrán que ir acompañados de un adulto.

Con este proyecto, el ayuntamiento pretende ampliar la oferta turística de la zona más allá de la nieve, a fin de atraer turistas en los meses de primavera y otoño, que son los más flojos.