El comité local de Zaragoza del PAR entregó ayer los premios San Valero y Custodio. La edición de este año consistió en un homenaje a todos los concejales que han pasado por el ayuntamiento de la ciudad. Un acto simbólico, en pleno proceso de renovación, con el que se quería coger impulso para volver a tener representación en el consistorio.

Esta fue la conjura más repetida por todos los presentes: volver al Ayuntamiento de Zaragoza, de "donde no se debería de haber salido nunca", en palabras del presidente del PAR, José Ángel Biel, que fue el encargado de cerrar el acto.

El líder aragonesista, conocedor de las voces internas que le piden que adelante el congreso a primavera, insistió una vez más en que el cónclave es solo un medio, no un fin en sí mismo. Animó a los suyos de aportar propuestas para renovar las ideas, que es "lo importante", destacó. "Tenemos que dejarnos de chinchorrerías y remar todos en el mismo sentido, y no utilizar los remos para darnos en la cabeza", subrayó.

Un mensaje conciliador, tras las tensiones que han surgido en dos de las reuniones que ha mantenido en el territorio. Un hecho que minimizó en un corrillo con los periodistas. En su discurso volvió a repasar la importancia que el PAR ha tenido en la comunidad e insistió, de nuevo, que no tutelará el proceso de renovación que él está liderando. "No he tutelado ni a mi hija, que lo ha hecho mi mujer", bromeó.