El PAR garantizó ayer oficialmente el apoyo a la investidura de Javier Lambán como próximo presidente del Gobierno de Aragón, y dejó en manos de los socialistas toda la iniciativa para negociar con los grupos de la izquierda y hacer que aquella sea posible.

La Comisión Ejecutiva del PAR, el máximo órgano decisorio de la formación aragonesista, aprobó por unanimidad autorizar al presidente del partido, Arturo Aliaga, a «apoyar expresamente» a Lambán de cara a la investidura, así como a «explorar» la posibilidad de incorporar al PAR a un Gobierno de coalición.

Un Ejecutivo que necesariamente tendrá que contar con más apoyos, en los que Aliaga no se quiso meter. «Ni voy a forzar ni a imponer un calendario» de negociación, afirmó, en declaraciones ante los medios de comunicación.

El presidente del PAR fue muy cuidadoso a la hora de evitar vetos preventivos o volver a hablar de acuerdos «kafkianos», como hizo, en referencia a cualquier pacto con Vox o Podemos, hace unas semanas. Pero sí afirmó, al ser preguntado por la posibilidad de compartir Ejecutivo con la formación morada, que existen unas bases programáticas firmadas con el PSOE «donde algunos grupos no sé si van a encajar».

El presidente del PAR renegó en cualquier caso de poner «líneas rojas, ni verdes ni amarillas» en las negociaciones, cuya iniciativa dejó en exclusiva al PSOE. Si tras la firma del acuerdo de bases Lambán y él afirmaron que negociarían conjuntamente, el secretario de organización del PSOE aragonés, Darío Villagrasa, ya apuntaba la semana pasada que dependería del interlocutor. Y Aliaga confirmó ayer que la «estrategia» para recabar apoyos corresponde al candidato a presidente. Él no se levantará de ninguna mesa, pero no la va a convocar.

Lo más parecido a una condición inamovible que puso fueron «las 75 medidas del acuerdo» de bases con el PSOE. Respecto a ellas, afirmó que «hay cambios que se pueden aceptar y otros que no», pero se negó a precisar cuáles.

Sin embargo, en una nota de prensa del partido sobre la Ejecutiva sí figuraban unas declaraciones suyas en las que consideraba «irrenunciable» incluir asuntos como la educación concertada y la pública o las obras del Pacto del Agua. También priorizaba una fiscalidad por debajo de la media española.