Aragón carece de costa, pero es un déficit que tiene soluciones ya que cuenta con una gran cantidad de piscinas naturales, más conocidas como pozas, que permiten soportar mejor los cálidos días de verano. Estas zonas de baño situadas en embalses y ríos de la comunidad tienen, en general, una buena calidad de agua.

Se trata de una buena alternativa a las playas o a las piscinas que ofrece disfrutar de un baño relajante, siempre que se actúe con precaución, en medio de la naturaleza, aunque su popularidad está creciendo con los años por lo que peligra su conservación.

A poco más de 100 kilómetros de Zaragoza se encuenta el Pozo Pigalo, situado en el río Arba a su paso por Luesia. La zona cuenta con un merendero, un cámping y un aparcamiento limitado, que habilitó el ayuntamiento para evitar la masificación. La Unión Europea recomienda no bañarse en la zona porque la calidad del agua no es la apropiada. Según fuentes del consistorio, «el río tiene mucho estiaje, por lo que los análisis pueden variar mucho de un momento a otro». A pesar de esta objeción de Bruselas, siguen acercándose miles de bañistas.

Otra piscina natural de la provincia es el Pozo de los Chorros, situado entre Belchite y Almonacid de la Cuba. Estas aguas no tenían gran afluencia hasta que la piscina municipal de Belchite cerró por reformas en los años 70 y los vecinos empezaron a ir al pozo para refrescarse. En la actualidad, algunos días ha llegado a haber unos 150 bañistas. Si sigue viniendo tanta gente el consistorio tomará medidas para preservar este espacio natural.

AGUAS OSCENSES

Huesca es la provincia aragonesa con más piscinas naturales. Una de las más frecuentadas es el Salto de Bierge (de unos ocho metros de altura). Por primera vez, esta temporada se ha limitado el acceso a 250 personas diarias mediante el cobro de una entrada de dos euros. El alcalde de la localidad, Fernando Campo, explicó a EL PERIÓDICO que poner las pozas de pago ha resultado ser «muy beneficioso porque evita la masificación». «El año pasado un día llegó a haber 2.000 personas», añadió. Todos los fines de semana se queda gente sin poder entrar. «Nadie ha dejado de venir por tener que pagar», concluyó el alcalde. Por el contrario, entre semana la mayoría de los días no se alcanza el cupo.

El balneario de Tiermas, que data de la época romana, está situado en un despoblado e la Comarca de la Jacetania, pero en la provincia de Zaragoza.Hace 50 años, el agua del embalse de Yesa sumergió las ruinas, pero cuando baja el nivel del pantano las ruinas salen a la luz y hay visitantes que aprovechan para darse un baño. Sin embargo, no hay controles de la calidad del agua ni del estado de la construcción por lo que podría resultar peligroso. La Gorga de Boltaña o las Pozas de Belsue también son zonas de baño oscenses que reúnen a un gran número de visitantes en los meses estivales.

Las Pozas de Bergantes, situadas en la localidad de Aguaviva (Teruel), son uno de los iconos de la batalla que libró la localidad contra la presa que quería construir en el cauce del río Bergantes la Confederación Hidrográfica del Ebro. Cada año se multiplica el número de visitantes, por lo que el ayuntamiento se está planteando controlar la afluencia. El agua de este río tiene una calidad excelente, según los estudios de la UE. La senda de El Parrizal, situada en Beceite, transcurre junto al Río Matarraña que cuenta con una excelente calidad del agua. Esta escursión es una opción que permite a sus visitantes hacer una ruta andando y refrescarse las piscinas naturales que forma el río.

En definitiva, Aragón tiene una amplia oferta donde poder disfrutar los días de verano de un modo diferente a pesar de carecer ese lugar tan ansiado durante el periodo estival, la playa.