Uno de las pegas al afrontar la búsqueda de un nuevo acuerdo hidráulico sobre el recrecimiento de Yesa es la marcha de las obras, que comenzaron en mayo del 2001. Mientras todas las partes, salvo Artieda y CHA, creen que los trabajos pueden continuar, la Administración hidráulica advierte que replantearse la ampliación obligaría a paralizarlos.

La DGA ha solicitado al Ministerio de Medio Ambiente una reunión urgente para hablar sobre Yesa, al ver que todos los implicados están dispuestos a sentarse a hablar. Pero, hasta ahora, la Administración central no ha recogido el guante y ha remitido a la Comisión Mixta de Seguimiento del Pacto del Agua, órgano encargado de la revisión del histórico documento, que no se reúne hace años. La última solicitud para citar a dicha comisión fue del secretario de Estado de Aguas, Pascual Fernández, pero no tuvo respuesta de Aragón.

La DGA cree que no es obligatorio parar las obras y que si entre todas las partes lograran un acuerdo alrededor de un recrecimiento menor sólo sería necesario un modificado del proyecto actual. La CHE cree que sí se paralizarían los trabajos, porque la variación sería de gran envergadura y exigiría un proyecto nuevo. En todo caso, sin el Gobierno central el diálogo nacería muerto .