En los plenos del Ayuntamiento de Zaragoza se viven tres realidades en el mismo momento. A priori el debate político es el más importante, es el foco de atención y al que deben dirigirse todas las miradas, pero no es así porque en Twitter le gana la batalla. En esta red social la sesión plenaria se presenta más divertido y jocoso porque el ingenio no tiene límites. Además, el retuit vale oro y algún que otro concejal aprovecha su minuto de gloria para hacer un discurso digno de ser compartido en la caprichosa red del pajatido. Por último está el público, ese que manifiesta sus opiniones desde la indagación o satisfacción, pero sobre todo desde la emoción. Es tan variado como desean los grupos porque, muy sabios ellos, invitan a gente afín para que presencie sus hazañas o las injusticias que van a producirse.

El que asistió ayer al pleno extraordinario en el que PP, Cs y PSOE tumbaron el plan de vivienda no aguantó sentado en su sitio la escasa hora que duró. Algunos asistentes se levantaron durante la intervención de la concejala socialista, Lola Campos, de forma discreta, pero simbólica, y otros no lograron mantener su rabia en silencio. «Me voy porque no puedo aguantar esto, parece que estamos escuchando a Cs. Qué vergüenza», gritó una mujer en un arrebato de sinceridad que, junto a otros tantos, reclamó su derecho vivienda digna. También se escuchó durante el discurso de Campos algo así como «que lo diga el PP o Cs, vale, pero del PSOE...» y el público aplaudió con satisfacción antes de que terminase la frase, como también lo hizo durante las intervenciones de Pablo Híjar (ZeC), Carmelo Asensio (CHA) y el alcalde, Pedro Santisteve.

Las de PSOE, PP y Cs estuvieron marcadas por los silbidos y las quejas. Al popular Pedro Navarro, a quien interrumpieron en varias ocasiones que fue contando escrupulosamente, le llegaron a invitar a que acabase su intervención antes de que agotase su tiempo. «Para lo que dices mejor que te calles», se oyó desde los asientos de los asistentes.

El alcalde tuvo que llamar al orden en más de una ocasión a un público desatado y bastante cabreado. Pero el ambiente estaba calentito y se notó. «Podéis pensar en los pobres», se escuchó bien alto durante la intervención de los populares. Mucho ruido se escuchó también cuando Campos sacó a relucir que Híjar vive en una vivienda de protección «con piscina». Ese ataque personal volvió a despertar la rabia.

En este momento, además de los silbidos, la socialista fue invitada por una asistente a realizar lo que ahora llaman las influencer home tour, pero se lo dijo más claro, a grito de «ven a mi casa y verás cómo es».

No todo fueron gritos, porque los cuchicheos no cesaron durante toda la sesión. Y eso que entre los propios asistentes se mandaron callar en más de una ocasión.