Como ayer publicó este diario, los gestores del centro habían avisado a la DGA y al consistorio de que el muro que acabó cayendo estaba en malas condiciones. La cuestión es cuándo: según fuentes de la dirección, fue hace dos años; los trabajadores en huelga amplían el plazo hasta los cuatro --en mayo del 2010, concretamente-- y fuentes de la DGA lo alargaron hasta ocho años, indicando que era un problema heredado del Gobierno anterior. Un problema que ni el anterior Ejecutivo ni su heredero, en cualquier caso, se habían preocupado de solucionar hasta ahora.