Ochenta años después de la desaparición del quebrantahuesos en los Picos de Europa, dos ejemplares de esta especie se ha asentado en la vertiente asturiana del Parque Nacional y los técnicos del programa de reintroducción han empezado a observar comportamientos prerreproductores en la pareja.

Se trata de una pareja formada por la hembra Deva - cedida por el Gobierno de Aragón y liberada en 2010 en el marco del Programa de recuperación del quebrantahuesos en Picos de Europa - y un ejemplar adulto procedente de los Pirineos, según ha informado hoy la Fundación para la Conservación del Quebrantahuesos (FCQ).

El lugar escogido por los ejemplares para su asentamiento se caracteriza por la presencia de grandes cortados, que brindan un hábitat excepcionalmente favorable para el quebrantahuesos, y por la la abundancia de ungulados domésticos y salvajes, que garantizan la provisión de recursos alimenticios.

El asentamiento se ubica a menos de tres kilómetros del último nido conocido para la especie, que data de 1956, y cerca de los señuelos colocados en 2003 con la colaboración del grupo de rescate e intervención de montaña de la Guardia Civil.

Deva, la hembra reintroducida, está actualmente en su cuarto año de vida y aunque es una edad fisiológicamente temprana para iniciar la reproducción ya demuestra actitudes territoriales defendiendo la zona ante buitres y otras rapaces.

Por su parte, el ejemplar proveniente de los Pirineos es un adulto que permanece en la zona desde principios del verano pasado y que ha recorrido los tres macizos de los Picos de Europa hasta asentarse en la zona que ocupa Deva atraído por la posibilidad de reproducirse.

Los técnicos de la FCQ han observado significativas actitudes prerreproductoras como el comportamiento nupcial con varias copulas y el aporte de material de construcción del nido -lana- hasta en tres emplazamientos diferentes ubicados en cuevas.

Según los investigadores, estos comportamientos son los mismos observados en parejas silvestres en los Pirineos, donde en estas fechas se encuentran en plena actividad reproductora, y suponen el primer indicio desde hace décadas en los Picos de Europa de la aceptación por una hembra del acercamiento de otro ejemplar con estos fines.

El quebrantahuesos, que se alimenta principalmente de huesos de ungulados silvestres y domésticos, ha estado históricamente presente en la mayoría de las regiones montañosas de Europa, Asia y África, aunque durante el último siglo estas poblaciones han sufrido un drástico proceso de regresión que ha conducido a su declive y extinción en la mayoría de las zonas que poblaban.

La especie figura entre las más amenazadas de la fauna española junto al lince ibérico, el águila imperial, el buitre negro, el oso pardo, el urogallo o el visón europeo.

Durante los últimos años el quebrantahuesos ha sido objeto de planes de conservación en diferentes países europeos, incluida España donde se estima que hay 129 unidades reproductoras que actualmente habitan en la vertiente española del Pirineo, de 166 presentes en toda la cordillera, incluyendo la vertiente francesa.

El programa de recuperación del quebrantahuesos en los Picos de Europa busca el asentamiento estable de la especie en el área y posibilitar así el mantenimiento de una población que favorezca un flujo e intercambio continuado de ejemplares, a través del corredor ibérico-cantábrico, con la población pirenaica.