La plantilla de Megasider volverá a la lucha. Los trabajadores de la factoría de La Cartuja han anunciado paros de dos horas de duración a partir del próximo 1 de febrero, con lo vuelven a esfumarse las esperanzas de que uno de los conflictos laborales más complejos de los últimos años en Aragón toque a su fin.

En concreto, la plantilla cesará su actividad dos horas por turno los viernes, sábados, domingos y lunes después de que la dirección de la compañía gallega y los sindicatos no alcanzasen un acuerdo en la reunión celebrada ayer en el Servicio Aragonés de Mediación y Arbitraje (SAMA).

Este bloqueo en la negociación también ha llevado consigo la amenaza de un expediente de extinción de contratos, aunque la empresa no ha concretado nada al respecto. Eso sí, la posibilidad de despidos planea sobre la plantilla, según apuntaron ayer fuentes sindicales. «Nos han amenazado con presentar un ERE de extinción», señalaron.

Al final, la empresa se ha matenido firme en su propuesta y no ha contemplado la planteada por el comité, según apuntó ayer la secretaria general de Industria de CCOO Aragón, Ana Sánchez.

MEJORA DE CONDICIONES

En concreto, los trabajadores reclaman cobrar el 92% de lo que percibían antes de que Arcelor (antigua propietaria) vendiera la empresa a la gallega Megasa. El resto, hasta el 100% lo vinculaban a variables. Además, solicitaban mantener los derechos adquiridos (complementos y pluses) A cambio mantenían la posibilidad de aumentar siete días la jornada laboral. Finalmente, la compañía no aceptó estos términos y la situación retorna a como había quedado el pasado 1 de noviembre, cuando se emplazaron las partes a negociar en el SAMA.

Megasider, acería ubicada en el Parque Tecnológico de Reciclado (PTR) de Zaragoza, da empleo a unos 220 trabajadores, aunque en los casi 14 meses de conflicto se han perdido 70 empleos.

El origen del conflicto parte de la falta de entendimiento para renovar el convenio de la empresa que expiró el pasado 31 de diciembre. La dirección planteó una drástica modificación de las condiciones laborales que fue rechazada por el comité. Ante esta negativa y haciendo uso de la reforma laboral, el grupo propiedad de la familia Freire decidió en enero fijar como referencia el convenio provincial del metal, lo que ha supuesto una reducción retributiva del 20%, según denunciaron los sindicatos. Esta situación desencadenó un conflicto laboral que se ha convertido en el más largo en Aragón en los últimos años.