17 de mayo de 1929. Esta es la fecha en la que se inauguró el parque Primo de Rivera, conocido como el parque grande de Zaragoza. Es el pulmón verde de la ciudad, con 270.466 metros cuadrados, casi la mitad que el del Retiro de Madrid, de los que 176.214 son césped y entre los que hay 22 esculturas diferentes, víctimas del vandalismo.

El ahora llamado Parque Grande José Antonio Labordeta, en homenaje al político, cantautor y escritor, ha sufrido una leve transformación con el paso de los años que se ha limitado a la adecuación y el mantenimiento. Tantos años después no ha habido grandes cambios, salvo uno, que además generó una gran polémica; la demolición en el 2006 del anfiteatro del Rincón de Goya, por donde pasaron artistas de la talla de Héroes del Silencio, Leonor Cohen, Camarón o Paco de Lucía. Desde el Gobierno municipal consideraron que para acabar con el vandalismo y la degradación del lugar, lo mejor era demolerlo y ampliar la zona verde.

MIRANDO A LA EXPO

Los años de mayor inversión fueron los previos a la Expo. Prácticamente han sido los únicos, porque desde entonces pocas son las actuaciones que se han hecho, pese a existir un plan director que las detalla, aunque no fija un calendario.

Del 2006 al 2008 se invirtieron seis millones de euros destinados a «mejorar y modernizar» el parque, recuerda la que era entonces responsable de Parques y Jardines, Carmen Dueso (PSOE). «No se hicieron grandes obras, sino que se trató de actualizar y adecuar lo que había». Los trabajos, básicamente, se centraron en la renovación del pavimento, la iluminación y los sistemas de riego, obsoletos.

En el 2003 ya se había iniciado un intenso trabajo para recuperar las zonas verdes de la ciudad, que sumaban 4,3 millones de metros cuadrados repartidos en 70 parques. Cinco años después, con la aparición de parque del agua de la Expo, el plan de riberas y la inversión en la ciudad, Zaragoza se convirtió en la segunda ciudad con más zona verde de España, después de Madrid.

En el 2005 se puso en marcha el programa de modernización del parque Primo de Rivera, que no cambiaría de nombre hasta el 2010. Se actualizó el pavimento, eliminando los caminos de grava, se mejoraron los acceso y los aparcamientos, se redujeron las barreras arquitectónicas, y se puso en marcha un plan especial de borrado de grafitos y otro de vallado de todas las zonas de juegos infantiles.

Entre las medidas más aplaudidas destacó la expulsión de los coches del parque y la reforma del paseo de los Bearneses, cuyas obras duraron alrededor de ocho meses y se destinaron más de 900.000 euros.

Con esta obra quedó redefinido el trazado de los caminos y sus plazas, que atravesaban los jardines que le dan nombre. Se recuperaron los puentes de entrada y salida de la avenida San Sebastián y se acondicionó la acequia. El proyecto contempló también la mejora del talud, la remodelación de las escaleras, la instalación de fuentes y la renovación completa del mobiliario. Además, se ensalzaron los monumentos distribuidos a lo largo del recorrido.

Este plan incluyó la urbanización de Las Ocas, del Jardín Botánico y la ampliación del vivero y el estanque junto al Huerva. También se actuó en el Mirador del Cabezo

Estas fueron las principales actuaciones que se llevaron a cabo antes de la muestra internacional del agua. El plan director contempla varias propuestas, fruto de un proceso participativo, para que este parque siga siendo una referencia en la ciudad. Sus dimensiones y su distrubición permiten que puedan convivir todo tipo de actividades: de ocio, descanso, deporte,.. Más de 270.000 metros cuadrados permiten cubrir todo tipo de necesidades.