El párroco de Borja, Florencio Garcés, guardaba en su domicilio un documento u hoja de ruta con el uso que daba al dinero de la iglesia. Este escrito, que puede ser utilizado como prueba incriminatoria, constituye un elemento de juicio más en mano del Juzgado de Tarazona, que se encarga de la investigación del caso, en el que el sacerdote aparece imputado de la apropiación indebida de 185.000 euros y de un delito de índole sexual, según informó ayer Aragón Televisión.

El documento, que podría asimismo tener valor como coartada explicativa, contiene una serie de anotaciones del párroco en las que se detalla el destino que dio a distintas sumas, según las mismas fuentes.