Por primera vez, Zaragoza no celebró el día de la Pascua Militar. La reestructuración del Ejército español --y la consiguiente desaparición de las comandancias-- obligó a trasladar los actos a Barcelona. De ahí que fuera el palacio de Capitanía de la ciudad condal el que acogió ayer la tradicional conmemoración. Al acto asistió el recientemente nombrado comandante militar de Zaragoza y Teruel, Fernando Torres.

Tras los desfiles y la parada militar, se impusieron diversas condecoraciones a personal civil y militar y el teniente general Inspector General del Ejército y jefe interino de la Región Militar Pirenaica, Francisco Boyero Delgado, felicitó el Año Nuevo a los mandos militares y a sus familias de parte del Rey Juan Carlos.

Hasta el año pasado, estos actos se celebraban en todas las cabeceras de Región Militar de los tres Ejércitos, pero debido a la modificación de su estructura, Boyero representó al Rey en Barcelona.

Los actos se iniciaron con una parada militar frente a la sede de la Capitanía General, en la que formó una compañía de honores al mando de un capitán de la Brigada de Cazadores de Montaña Aragón I con base en Jaca (Huesca), y compuesta por gastadores de la Brigada de Infantería Ligera IV de Sant Climent Sescebes, la banda de Jaca y del cuartel General Regional y una compañía de Fusiles. Tras la parada, se llevó a cabo la imposición de condecoraciones: cruces del Mérito Militar, orden de San Hermenegildo y de la Constancia.

El acto finalizó con el dicurso del teniente general Boyero, que repasó las actividades del Ejército en el año 2003 y tuvo un especial recuerdo para los 3.500 efectivos que, actualmente, están en misiones en Irak, Bosnia, Kosovo o Afganistán.