Paso (del latín Passus. Escena, pero también sufrimiento) es el nombre que reciben las imágenes que desfilan en las procesiones de Semana Santa. Es decir, llamamos Paso a todo, cuando en realidad, deberíamos reservar esa expresión solo para las tallas, que van transportadas sobre las andas o carrozas.

La causa que originó el uso de Pasos en la Semana Santa fue la conveniencia de representar la Pasión de Cristo mediante imágenes, para que el pueblo, en su mayoría analfabeto, pudiera acceder al mensaje evangélico.

Pueden ser de talla completa, es decir hasta las vestimentas son escultura, entonces se decoran con policromía y la antigua técnica del estofado (se dora la madera y luego se cubre con colores, tras ello se raya el color dado para que se descubra el oro, simulando un rico tejido bordado en oro), o de vestir, donde la escultura se viste con ricas telas bordadas.

Según el número de personajes que aparecen será un Paso de Misterio si representa una escena con Jesús, romanos, zelotes... y será un Paso de Virgen (Dolorosa habitualmente), de Cristo (crucificado) o de Nazareno (camino del Calvario) si solo aparecen esas figuras.

En Zaragoza, lo habitual es que los Pasos vayan sobre carrozas con ruedas para hacer más cómodo el transporte. Algunas peanas se llevan en andas, es decir al hombro. Se llaman a varal si los soportes van en sentido longitudinal al Paso y salen por delante y detrás del mismo, soportando el peso, los hombros del peanero. A costal, que comenzaron a verse en Zaragoza en 1991, cuando la Cofradía de la Institución de la Sagrada Eucaristía sacó al Cristo del Amor Fraterno de esa manera, llevan las trabajaderas de forma trasversal al Paso, de manera que el costalero se coloca bajo el mismo y soporta el peso con la cerviz, para protegerla lleva esa prenda de cabeza que se extiende por la espalda y que se llama costal.

Varias son las vírgenes que llevan palio en Zaragoza, la primera fue la del Descendimiento en 1950. Sujeto por varales, lo más decorado del palio son las bambalinas (faldones) y el interior del techo, donde se bordan ricos ornamentos, denominándose Gloria.

Se dice que Zaragoza no tiene tallas de escultores de renombre como Salzillo, pero ostenta un buen nivel escultórico con Tomás Llovet, José Alegre, Francisco de Borja... y en estos últimos años, Antonio Navarro Arteaga, que este año nos regala todo un apostolado nuevo para el paso del cenáculo, o Juan Manuel Miñarro. Cierto es que la tendencia actual es encargar nuestras tallas procesionales a escultores andaluces, pero en los Pasos de Zaragoza hay diversas escuelas escultóricas. Les doy una pista para diferenciarlas, las tallas de la escuela murciana son dulces, sosegadas, de una policromía muy clarita como la Conversión de María Magdalena o la Quinta Palabra. Sin embargo, la escuela clásica tiene policromías más potentes, son todos esos Pasos de escultores aragoneses de principios y mediados del XIX. Otra pista, si lleva romanos o judíos, obsérvelos, son feos, narigones, desdentados... Por último esta tendencia andaluza hace proliferar últimamente en nuestras procesiones Cristos y Dolorosas de un dramatismo exacerbado, imágenes llenas de emoción contenida, tensión y pasión, como los de la Eucaristía, la Humildad o la Séptima Palabra.

Hablamos de escultores clásicos refiriéndonos al siglo XIX, y es que en nuestra Semana Santa, pocos son los Pasos anteriores a ese siglo, puesto que en el segundo Sitio de la Guerra de Independencia, los franceses volaron el convento de San Francisco y, con él, todo el patrimonio anterior a esa fecha, a excepción del Cristo de la Cama, del siglo XVI, del que hablaremos mañana.

Decoración

Hay unas muy dignas excepciones, en cuanto a tallas más antiguas. Estas tallas, que en su momento tenían un carácter meramente devocional y no procesional, pasaron a formar parte de nuestro patrimonio cuando las cofradías los tomaron como titulares. Son Jesús Nazareno, de finales del XVI; el Cristo de la Agonía, de la Cofradía del Silencio, de 1588, y el Santísimo Ecce Homo, datado alrededor de 1495. Como digo en mis visitas guiadas, Cristóbal Colón estaba en su faena de descubrir un nuevo mundo y un escultor de escuela flamenca esculpía esta espectacular talla. Yo, personalmente, estoy enamorado de ella, no solo porque es el Paso de mi barrio, sino porque la encuentro sobrecogedora.

Hemos hablado de tallas y de maneras de llevarlas y decorarlas, hablemos ahora de las carrozas y andas. Todas las carrozas se decoran con una greca, una banda que rodea, a modo de ornamento, el perímetro del paso. En ella se insertan cartelas, casetones, hornacinas, escudos y demás elementos decorativos. Normalmente realizadas en madera y, posteriormente, doradas o plateadas, son excepción las hechas íntegramente en plata y aquellas que combinan materiales como la madera noble y el alabastro. Complementadas con elementos como las candelerías de velas, faroles, candelabros, ángeles, decoración floral...un gran joyero de perlas de la Semana Santa.