La Dirección General de Patrimonio del Gobierno de Aragón se ha hecho cargo de la restauración de la cruz medieval que coronaba un crucero del pueblo de Bergua, cerca de Broto. Esta pieza, de tosca factura, se colocó recientemente en su lugar tradicional, tras haber pasado décadas guardada en una casa de la pequeña localidad.

De esta forma, Patrimonio atiende los requerimientos del Ayuntamiento de Broto, que había solicitado su ayuda antes de que la cruz fuera restaurada por un grupo de vecinos de Bergua. "Ahora la pieza se la han llevado a Huesca, a una escuela o taller dependiente de la DGA, con el b objeto de devolverle su aspecto original", explicó ayer Isabel, una mujer que reside en Bergua. "La primera restauración se hizo con cariño y sensibilidad, en medio de la ilusión de los vecinos, porque hacía muchos años que queríamos que la cruz volviera a su sitio", explicó.

El adorno, que representa a la Virgen y el Niño en un lado y a Jesucristo en otro, se hallaba, al parecer, sobre una columna o pilar, en un cruce de caminos. Sin embargo, algunos expertos, como Rafael Margalé, han señalado que quizá la cruz no guarde relación con la base conservada y tenga otro origen.