Los hermanos Manuel y Antonio Lapeña, dos anarquistas de Villarroya de la Sierra que fueron fusilados en Calatayud en los primeros meses de la Guerra Civil y que en los años cincuenta fueron trasladados al Valle de los Caídos sin permiso de sus familiares, finalmente podrán ser exhumados. Patrimonio Nacional informó ayer de que el informe técnico encargado al CSIC para delimitar los riesgos de la actución considera que el estado de la cripta en la que se encuentran los cuerpos es «aceptable» y que eso permite iniciar «a la mayor brevedad posible» las obras para acceder a los columbarios.

El presidente de la Asociación por la Recuperación e Investigación Contra el Olvido (Arico) y marido de Puri, nieta de Manuel Lapeña, Miguel Ángel Capapé, vinculó la noticia al «cambio político» de las últimas semanas, pues el informe estaba paralizado desde mayo. «Estamos muy satisfechos, nos ha dado un vuelco en las tripas, porque si nos hubieran dicho que la zona estaba derrumbada como pasa en los niveles dos y tres la situación sería mucho más complicada», indicó.

Patrimonio Nacional, tras notables retrasos achacables tanto a la gestión del organismo como a la orden religiosa que mora en el recinto, afirma ahora que las cajas en las que se trasladaron los huesos están en una «disposición ordenada» y adelanta que ya han definido «posibles zonas de acceso».

En el documento difundido ayer se reservan la posibilidad de redactar un nuevo informe cuando se abra la cripta, pues hasta ahora la revisión del espacio se ha realizado con una cámara. Indican que este paso es necesario para que solo opere en la zona «el mínimo y estrictamente necesario personal técnico».

Capapé consideró que esta noticia, paralela a la posibilidad real de exhumar del templo el cuerpo del dictado Francisco Franco, puede suponer un cambio respecto a la significación del recinto. «Queremos que saquen a nuestras víctimas, pero también al resto de vecinos de Calatayud y al resto de enterrados», manifestó. Además reclamó que el recinto de desacralice y se convierta en un centro de interpretación de la guerra civil. Para ello cree fundamental que se retire la enorme cruz que lo custodia.