La pandemia y el confinamiento, como otras tragedias, sacaron en ocasiones lo mejor de la sociedad, un lado solidario que cristalizó por ejemplo en la fabricación de material de protección para sanitarios y otros trabajadores de primera línea. Y la Policía Nacional no ha sido una excepción. A sus habituales tareas han unido una multiplicación de la atención ciudadana que incluso ha obligado a crear en Aragón un turno específico para felicitar los cumpleaños a los más pequeños, o los más mayores, y amenizarles en la medida de lo posible el confinamiento.

La iniciativa, explica Isabel Soto, responsable de prensa de la Jefatura Superior de Policía de Aragón y también integrante de este equipo, comenzaron a realizarla los agentes de Seguridad Ciudadana, pero alcanzó tal volumen que al final se abrieron listas de voluntarios, como ella, para poder llegar a todos, o casi. Ya han sido más de 150 personas las felicitadas.

«Cuando terminaba la jornada, te montabas en el coche y hacías ruta, los padres enviaban las direcciones e igual hacíamos 20 al día, parecíamos repartidores de comida», explica. A los niños les entregaban un diploma, felicitándoles por el cumpleaños y por quedarse en casa, y también recortables de comisarías o coches de policía para entretenerse. «Al que por lo que fuera no se podía, les pedíamos datos a los padres y le hacíamos un vídeo personalizado», explica Soto.

En alguna ocasión también han actuado como mensajeros para transmitir a algún vecino el agradecimiento de otros por amenizarles el confinamiento con música o alguna actuación desde los balcones.

No ha sido ni mucho menos lo único a lo que se han dedicado. La jefa de Participacion Ciudadana, Beatriz Gambón, tuvo noticia por WhatsApp de que un grupo de costureras estaba fabricando batas para sanitarios, y no solo se puso a colaborar, aprovechando que tenía máquina en casa, sino que, cuando hubo dificultades para conseguir el material, los agentes de patrulla (los zetas) se encargaron de transportarlos, y también hicieron alguna entrega del material a los sanitarios.

El reparto también llegó, como excepción, a los alumnos de un colegio que no tenían acceso a las nuevas tecnologías, y los agentes se encargaron de hacerles entrega del material que había preparado el centro escolar para que pudiesen seguir al día en las clases durante el confinamiento.

A quienes tampoco les ha faltado trabajo ha sido a los que se encargan de la centralita del 091. Durante el confinamiento, el teléfono de la Policía se ha vuelto de lo más versátil, y sobre todo utilizado. Las llamadas de todo tipo se han disparado hasta las más de 43.000 que acumula, en todo Aragón durante la pandemia. Como muestra, en marzo del año pasado tuvieron 8.900, y este año fueron 17.500.

La gente no solo ha llamado, como es habitual, para informar de delitos y seguridad ciudadana (sobre todo por incumplir el confinamiento), sino para aclarar dudas de situaciones personales («los compañeros tenían que estar mirando el BOE constantemente para intentar resolverlas), y algunos simplemente por «desahogarse y sentirse acompañados». Tampoco han faltado los ciudadanos que les llamaban para darles su apoyo y mostrar su agradecimiento y admiración, «lo que se agradece muchísimo», afirma Soto.

Con esto, los encargados de la centralita no se han quedado a la zaga en trabajo respecto a los de seguridad ciudadana, pero esto no ha agotado el trabajo ciudadano de la Policía en estas fechas. Los mayores también han sido una gran preocupación, con más de 250 llamadas a residencias, e información sobre las estafas, que aunque finalmente no han proliferado mucho durante el confinamiento, sí se estaban detectando. El consejo principal era no abrir la puerta a desconocidos, y en caso de duda llamar al 091. Los zetas han ido en más de una ocasión a comprobar estos avisos. Y la información también ha sido constante sobre los bulos informativos, que han proliferado al hilo de la enfermedad.

El confinamiento también ha obligado a extremar el control por parte de la Unidad de Familia y Mujer (UFAM) a las víctimas de violencia de género, en ocasiones obligadas a convivir con su maltratador sin posibilidad de huir. La aplicación Alertcops, para avisar de delitos, incorporó un botón de SOS para estas emergencias, recuerda Soto.

Actualmente, los agentes están haciendo hincapié en las campañas de comercio y turismo seguro, a medida que el avance en el desconfinamiento va permitiendo la apertura de establecimientos y la circulación del personal. Estos días, los agentes se están desplazando a hoteles y comercios para asegurarse de que conocen las normas de la actual situación y darles consejos.