--El título es muy ingenioso...
--Sí, lo intento. Pero en este caso lo escuché en una canción del cantante sevillano Pancho K.
--Es usted un escritor muy prolífico, tiene mucha obra...
--Es verdad, aunque no me considero un profesional de esto, entre otras cosas, porque es casi imposible vivir de la literatura. Pero, vamos, tendré unos 15 libros de varios géneros, desde juveniles a viajes.
--Precisamente uno de sus libros habla de un viaje insólito: Manila
--Sí, gané una beca de 6.000 euros con El País para escribir un libro, y hablando con un fotógrafo me comentó que estaba realizando un reportaje por vertederos del mundo...
--Vertederos, vaya paisaje.
--Sí, me pareció muy original, una propuesta distinta para escribir luego un libro. Estuvimos cuatro meses entre Manila y luego en Papúa... Eso dio lugar al libro Atrapados en el paraíso.
--¿Le cambió algo ese viaje a los basureros de Manila?
--Te cambia completamente. Al volver tardé tiempo en ubicarme de nuevo en mi sitio.
--Su estilo es muy fresco, muy vigoroso...
--Me gusta mucho utilizar la ironía, el humor, incluso a veces demasiado corrosivo. Intento encontrar el tono para cada libro, pero siempre con esos ingredientes.
--Coordinó el colectivo de músicos que escribieron un cuento cada uno.
--Sí, se llamó Simpatía por el relato, y en él están todos los roqueros que escriben. Aparece Dani Sancet, del grupo Insolenzia, de Alagón.
--¿Y eso de 'La polla más grande del mundo'?
--Ja, ja. Es una colección de relatos que los publiqué en un diario. El título este es el de un cuento, simplemente. Hombre, los títulos son muy importantes...
--¿Y la crisis aparece en sus escritos? ¿O un escritor debe permanecer al margen?
--¡Aparece por todos los lados! Porque yo sufro también esta crisis. El escritor no vive al margen del mundo, y de paso, yo no soy profesional de la literatura. Ahora estoy en una situación delicada porque estoy en paro y se me acaba la prestación. Imagina si me afecta... Todo eso aparece en el diario.
--¿Por qué ha escrito un diario, que es un género raro.
--Porque coincidió con el momento en que tuve a mi hijo y me vi muy absorbido por todo lo que supone. Como no quería dejar de escribir vi que un diario me permitía mantener esa disciplina de escribir un poco cada día.