Primero fueron los niños con necesidades y en riesgo de exclusión. Después el caso de Alejandra, para quien logró recaudar 2.700 euros con los que financiar parte de su tratamiento que le permitió andar. Y ahora su nuevo reto solidario lo marca Alejandro, un niño de 11 años que padece una enfermedad rara consistente en una alteración genética del cromosoma número 4, que produce un retraso mental y físico severo.

Será el próximo 30 de junio cuando el guardia civil Daniel Díaz se vuelva a enfundar el maillot. Esta vez pedaleará los 355 kilómetros que separan Jaca de Teruel. «Calculo que me llevará unas 10 horas si todo va bien. Salimos muy pronto, a las 6.30 horas, pero según la temperatura el ritmo puede cambiar.

No hay un objetivo de horas, la clave está en terminar bien y lograr dinero», cuenta este madrileño afincado en Aragón desde hace años. Ahora está destinado en La Muela.

La aportación económica a su iniciativa se debe hacer a través de la página de la Asociación del Deporte Solidario (Asdes) y todo lo recaudado se destinará íntegramente a los padres de Miguel, para que puedan destinarlo a los cuidados que necesita en su vida diaria.

«No hemos marcado una cifra económica como tope, lo que se consiga será bienvenido. Siempre he tenido una buena respuesta en las acciones que he hecho años atrás y espero que se mantenga», cuenta.

La patología rara que sufre Miguel le provoca un grado de discapacidad del 75% y una dependencia de grado III.

Así, necesita que una persona esté pendiente de él permanentemente y, en su día a día, recibe tratamientos de terapia acuática, logopeda e hipoterapia de manera privada y acude a un centro especial de educación.

Todas las actividades son privadas, que corren a cuenta del «gran esfuerzo» de sus padres. «Podremos echarles una mano para pagar estos tratamientos que son imprescindibles para él», explica Díaz.

Por carretera

La preparación física de los 355 kilómetros en bicicleta no es un problema para este guardia civil que es ciclista amateur, deportista y está buena forma. Solo espera que el tiempo acompañe.

«Desde hace unas semanas quizás estoy haciendo más actividad. Llega el bueno, pero tendré hidratación y comeré en la misma bici. Solo se parará para cuestiones como orinar», añade. La salida será desde el cuartel de la Guardia Civil de Jaca para tomar dirección Puente de la Reina y, desde allí, recorrer la carretera de Ayerbe hasta Almudévar. Después, desde la antigua vía de Huesca se llegará hasta Zaragoza y desde la capital aragonesa hasta la de Teruel.

El gesto de Díaz se enmarca dentro del compromiso que la Guardia Civil tiene en su ámbito de la Responsabilidad Social Corporativa y su carácter benemérito. «El deporte siempre ha estado en mi vida y uno se siente bien ayudando.

Este acto me hace ilusión, porque es más nuestro, pero seguiré colaborando en este tipo de causas hasta que se me caigan las piernas», asegura.