El pedido urgente de mascarillas que realizó la semana pasada el Colegio Oficial de Farmacéuticos de Zaragoza ante la alerta por el coronavirus llegó a las boticas de la ciudad, pero se volvió a agotar días después. Así lo aseguraron fuentes de la entidad, que precisaron que «se han realizado nuevas peticiones» a los almacenes de distribución.

Por su parte, el responsable de compras de la farmacia Artal, Manuel Arribas, explicó que el pedido de más de 3.000 unidades de la semana pasada «se agotó en un día» y, por el momento, han ido recibiendo «de manera regular» más de 1.000 al día. «Estas se han vendido en menos de 24 horas», aseguró Arribas.

Las distribuidoras aseguran a las farmacias que por ahora tienen mascarillas para seguir abasteciendo a las boticas, pero que cada vez hay menos porque no se están fabricando más. «Las que nos están dando ahora son de lotes anteriores que tenían aún disponibles en los almacenes», señaló.

Por otro lado, la alarma que el coronavirus ha creado en la sociedad ha llegado incluso a la empresa de Correos debido a la gran cantidad de paquetería y demás postales procedentes de China que llegan a España. Sin embargo, desde Correos Zaragoza aseguran que en la empresa «se mantiene la calma» debido a que las posibilidades de que el virus esté vivo en un paquete o una carta es «inexistente». Desde la entidad explicaron que están «al tanto» y comparten «la información del ministerio de sanidad y de la Organización Mundial de la Salud (OMS)».

La Unión General de Trabajadores (UGT) exigió a Correos aplicar el Protocolo de Seguridad para objetos postales para que la compañía aplique las medidas oportunas. El secretario regional del sector postal, Miguel Sarasa, explicó que esta petición tuvo lugar hace unos días debido a la situación de alerta que existía sobre todo entre los trabajadores. “Ellos ven como diariamente llegan miles de paquetes procedentes de China y es normal que la primera impresión con todo lo que se está viendo sobre este virus, es que piensen en un posible contagio”. El único objetivo era calmar esta situación debido a que son conscientes de que “la posibilidad de infección de esta manera es nula”. A pesar de eso, Sarasa asegura que se mantienen “alerta” y explicó como de momento el volumen de correos procedentes de China no se ha visto afectado.