- ¿Qué supone ser relator de la ONU para los derechos humanos al agua y al saneamiento?

- Es un reto y un honor. Mis funciones van a ser proyectar al ámbito internacional las ideas y los trabajos que he hecho y que voy a seguir haciendo en la nueva cultura del agua. El cargo no es remunerado, pero tiene gran responsabilidad ya que eres el representante de las Naciones Unidas ante la comunidad internacional.

- ¿Le preocupa que con la pandemia del covid-19 se haya desviado el foco del cambio climático?

- Ahora la atención se ha centrado en la covid, cuando el impacto del cambio climático tiene perspectivas a medio y largo plazo de mucha mayor gravedad. Pero la prioridad se ha centrado ahora en la emergencia y es en lo que debía de centrarse. Aunque el virus está siendo brutal, nos está dando lecciones vitales de solidaridad para el futuro, porque estamos aprendiendo que de esto no podemos salir solos. El cambio climático no distingue de ideologías, igual que el covid no te infecta por ser de izquierdas o de derechas. En todo caso, te infecta más rápido cuando eres pobre porque estás más expuesto. Pero también les toca a los ricos. Esta lección al mundo debemos ser capaces de aplicarla al cambio climático.

- ¿Como relator abordará las afecciones especiales del cambio climático en las mujeres?

- Va a ser una de mis prioridades. Como es sabido, en muchas partes del mundo la labor de los cuidados recae en el género femenino, una labor que creo que tenemos que universalizar._Pero cuando se habla de cuidados, el agua es el elemento fundamental. ¿Y qué pasa cuando el agua no es accesible o tiene dificultades de potabilidad? ¿Quién se ocupa de esa quiebra del derecho humano? Las mujeres. Las niñas dejan de ir a la escuela para ir a buscar agua potable. Por eso, el cambio climático hay que mirarlo desde la visión de género. Y ahí las mujeres van a tomar un papel protagonista como agentes transformadores.

- Algunos medios dicen que Podemos «ha colado» un relator...

- La gente en Zaragoza sabe que no soy de la confianza ni de Iglesias ni de Echenique. Cuando he estado en Podemos he criticado cosas que creo que se han hecho mal, con cariño, y sabiendo que hay cosas que se han hecho bien. De hecho no fui propuesto para ser reelegido como diputado. En breve saldrá un librito que escribí cuando salí del Congreso y se ve que obviamente no es verdad que sea de su confianza.

- El Gobierno cuatripartito en Aragón ha dicho que va a reformar el ICA. ¿Hay avances con la Red de Agua Pública de Aragón?

- El hecho de que hasta ahora no haya una interlocución clara de la DGA con la RAPA para negociar una salida constructiva y la reforma del ICA, cuando Podemos apoya la reivindicación y de hecho se incluyó como compromiso de legislatura... Habla de impotencia o desilusión. No digo que Podemos no lo esté intentando, estoy seguro de que sí, pero no se ve por el momento. Y, por ahora, lo que se ha hecho es empezar a cobrar más recibos.

- Un nuevo estudio de la Fundación Nueva Cultura del Agua, de la que es fundador, demuestra más deslizamientos en Yesa. ¿Cómo se debería actuar?

- La prioridad es la seguridad. La Administración reconoce el nivel de riesgo. La respuesta es: no llenemos hasta arriba la presa y resolvamos el problema con la regulación en tránsito en Bardenas con balsas y presas. Que no se persevere en este error temerario. Rectificar es de sabios.