Tijeras a Lesbos, el proyecto impulsado por el peluquero Saúl Sancho, al que se le unieron Albert Catalán, Julián Gijón, Toni Pérez y la zaragozana Eva García, nació a principios del mes de mayo con el objetivo de ayudar a paliar el sufrimiento a través de servicios de peluquería solidarios a los niños refugiados procedentes de la guerra en Siria y que ahora se encuentran en la isla de Lesbos (Grecia).

Inspirado por la experiencia de su cliente y amigo Òscar Camps, alma mater de la oenegé Proactiva Open Arms y galardonado con el título "Catalán del año", Saúl concibió la idea del proyecto al percatarse de que en los campos de refugiados de Lesbos afeitan la cabeza a los niños con el fin de desparasitarlos y evitar posibles infecciones.

La fecha todavía no está definida, pero según el promotor de la idea, se trasladarán a los campos "cuanto antes, en dos o tres semanas" para poner en marcha esta solidaria iniciativa.

Materiales

Los cinco peluqueros llevarán al campo de refugiados de Lesbos cepillos, peines, tijeras, clips y gomas de pelo, máquinas de afeitar y, por supuesto, productos desparasitarios para realizar estos servicios de manera eficaz. Algunas empresas y firmas de belleza donarán también productos específicos para los tratamientos y la desparasitación del cabello.

A pesar de centrar sus esfuerzos principalmente en los niños, el grupo de profesionales ha subrayado que, si cuando lleguen al campo se encuentran con otro tipo de necesidades o demandas, no dudarán en llevarlas a cabo y colaborar en todo lo que sea necesario.

Lo que pretenden lograr: devolver la dignidad y la autoestima a esas personas, "que ya vienen de una guerra de varios años", señaló Saúl Sancho, quien tiene 36 años de experiencia a sus espaldas y que actualmente es dueño del Salón Saul&Co , en Badalona. "Creemos que los refugiados ya tienen bastante con haber perdido algún familiar, con haberlo perdido todo, para que encima los encierren y los afeiten como si estuvieran en un campo de concentración", comentó el peluquero.

"Además del servicio que vamos a prestar, queremos denunciar la situación. Es triste que tengamos que ser el pueblo, y no los gobiernos, los que actuemos", expresó Eva García. La zaragozana de 45 años, propietaria de la peluquería Suhada, ubicada en la capital aragonesa, se animó a participar después de hablar con su amigo Saúl Sancho.

"Hay que concienciar a la gente de que se puede ayudar de muchas maneras", opinó García. "Nosotros no somos ni médicos ni enfermeros, pero podemos aportar lo que mejor sabemos hacer y ayudar con pequeños gestos a estas personas a volverse a sentir, en cierto modo, como eran antes de todo lo ocurrido".

El peluquero barcelonés explicó que la idea no solo es desplazarse a Lesbos y prestar sus servicios de peluquería: quieren ir más allá y llevar a cabo una labor didáctica para que haya un seguimiento continuado en lo que respecta a la higiene y mantenimiento de la imagen personal de las personas refugiadas.

Dignidad

"Se trata de aportar algo que se tiene en las manos, se trata de dignidad humana", continuó Sancho. "No somos médicos, ni enfermeros, ni somos socorristas, pero aún así podemos ayudar. Somos peluqueros y queremos ir allí a hacer lo que sabemos", aseguró.

Se trata de una "prueba piloto" en la que únicamente viajarán los cinco profesionales con todo el material. Sin embargo, esperan que en el tiempo que les queda "vaya aumentando de cantidad" de profesionales que secunden la iniciativa. "La gente está muy involucrada. Si todo sale bien, esperamos organizar grupos de otros peluqueros que nos han llamado para unirse y colaborar", afirmó Sancho.

Durante todo el tiempo que pasen en el campamento de refugiados trabajarán con Peluqueros Sin Fronteras, una organización que les ha ofrecido su experiencia en procesos similares y su infraestructura de manera desinteresada. Además, recordaron que disponen de un número de cuenta (ES 10 2100 0868 5301 0149 3903, incluir "Lesbos" como concepto) para todo el que quiera aportar su granito de arena a la causa y facilitar su trabajo.