La imagen de cada verano en algunos pueblos españoles está lejos del sol y playa de las idílicas fotos turísticas: el camión cisterna apostado en la plaza mayor para suministrar agua potable a muchas localidades que con el calor y la sequía vuelven a tener problemas de abastecimiento.

Ocurre todos los años, pero en esta ocasión los cortes de suministro de agua afectan a alguna localidad más porque la mayor parte del país arrastra una sequía crónica, tras la primavera más cálida en medio siglo y los embalses y pantanos a medio gas. A pesar de la situación general, el Instituto Aragonés del Agua precisa que este verano, de momento, no hay ningún problema de suministro de agua.

En el eje del Ebro únicamente están en situación de emergencia unas 40 hectáreas de regadío en Navarra que se abastecen del río y de los canales dependientes (Tauste, Imperial y Lodosa).

Para las autoridades navarras la situación es «muy preocupante». En consecuencia, ya se efectúan restricciones en el uso de agua, como limitaciones en los caudales de los canales y la prohibición de implantación de dobles cosechas en los regadíos.

La situación también es especialmente dura en Andalucía, Castilla-La Mancha, Asturias y Castilla y León. Campillos, con 8.511 habitantes, y Fuente de Piedra, con 2.525, situadas en la provincia de Málaga, son las poblaciones más afectadas por la falta de abastecimiento de agua en Andalucía.

Aguas abajo del Ebro, Cataluña, que tampoco tiene episodios de desabastecimiento, ya cuenta con un plan especial de sequía presentado en el mes de julio que define cinco escenarios, de los cuales tres son para actuar en caso de sequía: alerta, excepcionalidad y emergencia.

BAJAN LAS RESERVAS

Porque si Aragón se libra de problemas con el agua de boca, la situación en los campos es bien distinta. La falta de lluvias ya ha afectado a las cosechas de gran cantidad de cereal de invierno en la margen derecha del río. Y salvo un cambio en las previsiones las cosechas del próximo otoño correrán la misma suerte en muchas zonas. Mientras el Gobierno central sigue sin incluir al Ebro en el decreto de la sequía, siquiera parcialmente, como reclaman los sindicatos agrarios.

A nivel general, los embalses alcanzan, con datos de finales de esta semana, el 55,7% de su capacidad, con 4.173 hectómetros cúbicos de los 7.490 que pueden albergar en su totalidad, después de disminuir un 3 % su volumen hídrico en la última semana. En la actualidad, el agua embalsada no supera el promedio de los años 2012 a 2016 y está bastante por debajo de la cifra registrada durante el año pasado.