Poco a poco, los aragoneses están abandonando las pautas alimentarias que han sido tradicionales y asimilan hábitos no recomendables. En los últimos años han disminuido el consumo de cereales y sus derivados, pero por el contrario ha aumentado el de huevos, bollería y galletas. La ingesta de legumbres se halla por debajo de la media nacional, y el consumo de verduras no alcanza los niveles recomendados. La incidencia de la obesidad infantil llevó al Departamento de Salud Pública de la DGA a poner en marcha un programa informativo en Atención Primaria. Ahora preparan otro para educar los hábitos alimenticios en los centros de enseñanza.