El comercio de proximidad asiste como espectador al conflicto abierto en Zaragoza a raíz de la sentencia que declaraba, el pasado lunes, nulo de pleno derecho el plan especial de Torre Village que permite levantar un outlet en los suelos de la antigua factoría de Pikolín. Una decisión judicial acompañada de la seguridad con la que su promotor, Iberebro, garantiza la finalización de las obras y la apertura al público para el próximo Black Friday. Y de cómo el ayuntamiento se debate entre recurrir o no al Tribunal Supremo, porque temen incurrir en una responsabilidad patrimonial que se traduzca en indemnizaciones estratosféricas. Ellos, siempre en contra de crear una nueva gran superficie en el extrarradio, ahora se dividen entre la «indignación» y el miedo.

Así lo reconocieron ayer algunos de estos colectivos, que siempre han visto la creación de Torre Village como una amenaza, y que se sentaban a la mesa con el ayuntamiento en la última reunión del Observatorio del Comercio local en este mandato, con este asunto en el orden del día. Su silencio fue la nota más relevante. Apenas hubo debate porque optan por la «cautela». Interpretan que esta discusión jurídica alimenta sus esperanzas de ganar este pulso a las grandes superficies gracias a los tribunales pero temen que sus reivindicaciones se traduzcan en reclamaciones millonarias «que paguen todos los zaragozanos».

A LA EXPECTATIVA

El debate político lo perdieron. El Gobierno de Zaragoza en Común (ZeC) no consiguió hacer valer sus reivindicaciones en el salón de plenos y el outlet de Pikolín comenzó a construirse. Ahora con las obras ya avanzadas, hasta el pequeño comercio duda de si se debería exigir la paralización. Si alguien lo hace, la ciudad puede salir perdiendo, aunque ellos ganen su batalla. Esa que dice que por cada empleo que crean los centros comerciales, se destruyen 1,5 en los barrios.

«En Utrillas el juez decretó el cierre y nunca se hizo. El ayuntamiento siempre ha recurrido todas las sentencias en contra, sistemáticamente, y la última incluso en amparo al Constitucional. Y también siempre ha perdido», recordó Vicente Gracia, secretario general de la Federación de Comercio y Servicios de Zaragoza y Provincial (Ecos). Sobre si se debería pedir la paralización, evitó opinar. Lo hará cuando ellos reciban su sentencia, aunque la que salió el lunes «recoge parte de nuestros planteamientos».

Javier Bazco, secretario general de la Asociación de Comerciantes de Muebles de Zaragoza y Aragón, otro de los asistentes al obsevatorio municipal, optó por no entrar a valorar una «cuestión jurídica» pero sí recordó que la capital aragonesa está «bastante saturada» de grandes superficies, es la que más ratio de metros cuadrados por habitante tiene y cada implantación «perjudica al pequeño comercio». ¿Deberían paralizarse las obras? «Es un tema más político y jurídico», con el que están «a la expectativa». «Están diciendo que igualmente abrirán en el Black Friday... Es la Justicia la que debe decidir», dijo.

Antonio Garrido, de la Asociación de Comerciantes de Las Fuentes, consideró que la sentencia «es un golpe muy bueno pero no sabemos si se hará efectiva». «No van a parar y si ninguna entidad hace nada es un triunfo menor. Lo que nos gustaría es que se hubiera parado. Continuar igualmente es chulearse y al final abrir para terminar de hundir al pequeño comercio», expuso.

«Nos afecta, pero Torre Village y cualquier otro centro comercial», explicaron Sandra Sanz y Felipe Sánchez, de la Agrupación de Comerciantes de Delicias, que creen que «si hay una sentencia en contra, no debería abrir» pero que el ayuntamiento «debería entender que el problema no es solo que abran grandes superficies como apoyar más a los pequeños negocios que ya estamos».

Ángel Gálvez, de la Federación del Consejo de Comercio de Cepyme, teme que «los platos rotos los acabemos pagando todos», con el ayuntamiento, «ahora que están las licencias dadas y unas obras ya ejecutadas, quizá se vuelva en contra del ayuntamiento». «Hay que actuar con la cabeza fría y analizar a qué camino nos conduce recurrir o no», afirmó.