Saludar a un conocido durante una noche de ocio en un bar de la capital aragonesa le salió muy caro a Alberto, un joven zaragozano, quien recibió una respuesta poco protocolaria: un puñetazo en la boca que le hizo perder varias piezas dentales. Ayer, el supuesto autor de la agresión, Miguel Ángel Z. F., fue juzgado por la agresión.

Ante los magistrados de la Audiencia Provincial de Zaragoza, el acusado reconoció que fue el autor, si bien aseguró que tiene olvidado el incidente. Afirmó que iba bajo los efectos del alcohol y de las drogas y que solo sabe que le pegó a alguien porque tenía las manos llenas de sangre y por los porteros del pub. De hecho el abogado defensor, Juan Carlos Macarrón, propuso una condena de 6 meses de cárcel. A pesar de ello, tanto la Fiscalía como la acusación, a cargo de la letrada Susana Gutiérrez, intentaron hacerle recordar la agresión ocurrida en el interior del bar Point, a las 04.00 horas. No lo consiguieron, tan solo le arrancaron una petición de perdón que hizo mirando a los ojos a Alberto, que decidió quedarse en la sala de vistas tras declarar. «Perdón por lo de los dientes, no estaba en mis cabales para pegarle», apuntó, mientras destacó «no ser una persona violenta». Quien sí se acuerda de todo es Alberto. De hecho, señaló que «sufre por las noches pesadillas que impiden olvidar lo sufrido».

Este joven aseveró que no eran amigos, que simplemente se habían visto antes en otro local y que al pasar a su lado le saludó de forma normal. En ese momento, tal y como apuntó, Miguel Ángel Z. F. le preguntó de forma desafiante: «¿Te estás riendo de mí?». Tras contestarle negativamente, recibió cuatro puñetazos en la cara que hicieron que perdiera varias piezas dentales. Fue la propia víctima, ayudada por unos amigos, la que reclamó la presencia de la Policía Local de Zaragoza.

POLICÍA / Los agentes municipales resaltaron que acudieron a «esta zona de ocio nocturno saturado» ante la petición de auxilio procedente del interior del establecimiento. «No tuvimos que entrar dentro del mismo, ya que en el momento en el que accedíamos. salía el agresor con las manos llenas de sangre», apuntaron los policías.

Preguntados por el estado del acusado, que se enfrenta a una condena máxima de 4 años de prisión y al pago de una indemnización de más de 20.000 euros por los gastos sanitarios y demás daños ocasionados, los policías locales descartaron que el estado de embriaguez de Miguel Ángel Z. F. fuera tan extremo como para no acordarse de nada. Señalaron que «estaba consciente y que él mismo refirió que había discutido y pegado a una persona».

Los forenses del Instituto de Medicina Legal de Aragón (IMLA) destacaron especialmente los daños sufrido por la víctima, afirmando que «los dientes no llegaron a romperse, fueron arrancados de un puñetazo».