Retrasos de casi una hora en el autobús, falta de marquesinas, carencia absoluta de servicio nocturno, horarios incompatibles para ir a trabajar, tarifa de retorno en los taxis y discriminación en la obtención de bonos de descuento. Por todos estos motivos, la mayoría de los vecinos y alcaldes de los barrios rurales de Zaragoza sostienen que el transporte público continúa siendo una "asignatura pendiente" para el actual equipo de Gobierno de la capital aragonesa.

Mientras en los despachos del consistorio se reabre el debate de la intermodalidad en el transporte (entre tranvía, autobuses, lanzaderas y carriles bici) y la necesidad de crear un nuevo concepto de movilidad en el núcleo urbano de Zaragoza, los barrios rurales ("los grandes olvidados") piden a gritos que no se les excluya de la futura reordenación de líneas y de los proyectos de implantación del billete hora.

"En días laborales, tenemos que esperar más de una hora al 25", denuncia un miembro del colectivo vecinal de La Cartuja, Pricen. Esta queja se repite en Miralbueno o Peñaflor: "El primer servicio comienza a las siete de la mañana. ¿Qué hacemos los que trabajamos? ¿No quieren impulsar el uso del transporte público?", reivindicó Alicia Morellón, miembro del colectivo vecinal de Peñaflor. "Por las noches, el último bus es a las diez. Ni podemos ir al cine", agregó la presidenta de la asociación de vecinos de San Gregorio, Margarita Pérez. Las esperas, además, se recrudecen cuando llueve por la ausencia de marquesinas en la mayoría de los núcleos.

Pero las tensiones son más fuertes en aquellos barrios a los que no llega el autobús urbano. Automóviles Zaragoza, Agreda y Samar-Buil son las tres compañías que, por un convenio con el Gobierno de Aragón y subvencionadas con más de 4,8 millones de euros por el consistorio, cubren el servicio en núcleos como Movera, Casetas o Garrapinillos.

En estos barrios, la duplicidad de los billetes vuelve locos a los ciudadanos "Queremos un bono compatible con el de TUZSA, para evitar discriminaciones. Ahora no tenemos ni una ventaja", reclamó el alcalde de Movera, Ismael Abadía. Las soluciones que plantean apuntan todas a la implantación del billete hora.

TARIFAS DE TAXI La tarifa de retorno que cobran los taxis es otra crítica común en los barrios rurales. "Entre otras cosas se impulsa que los jóvenes cojan el coche los fines de semana porque venir a Villamayor en taxi cuesta cerca de 16 euros", criticó el alcalde, Clemente Martínez.

Estas insuficiencias se enmarcan en un momento en el que el Ayuntamiento de Zaragoza estudia un nuevo concepto de movilidad en Zaragoza, que se concretará el próximo mes de septiembre en un foro. "En los barrio rurales, de momento, atendemos a las necesidades concretas y esperamos a los cambios", señalaron fuentes del área de Movilidad Urbana. A su vez, el nuevo consorcio gestionará el transporte en el área metropolitana. "Así se armonizará el tema de las distintas compañías de bus en los barrios rurales", matizaron las mismas fuentes.

Para los vecinos de los barrios rurales este debate se presenta como "prioritario", aunque es mirado con "recelo". En Casetas, por ejemplo, según informó el alcalde, Roberto Polo, ya se ha creado una mesa para que los colectivos del barrio trasladen sus propuestas "Dependemos de este plan, pero las autoridades deben apostar fuerte. Hace tiempo que quieren impulsar el transporte urbano y todavía no han hecho nada", denunció Polo

Próximamente, trasladará al teniente de alcalde de Participación Ciudadana, Antonio Becerril, una petición para que en el próximo consejo territorial de alcaldes se aborde exclusivamente este tema.