Los tres médicos forenses que comparecieron ayer en el juicio por el presunto crimen de la calle Cerezo afirmaron unánimemente que "no creen" que la víctima, Ghana Vasagan Thuraisignahan, "sufriera una brutal paliza". Esta conclusión contradice la versión mantenida por la fiscal y la acusación particular, que atribuyen la muerte del ciudadano de Sri Lanka a los golpes que recibió de cuatro miembros de la familia Gabarri en abril del 2002 en el barrio de El Gancho de Zaragoza.

Los doctores Guillermo Calle y Angel Burgués, que practicaron la autopsia, y la doctora Dolores Serrat expresaron su parecer como técnicos ante una pregunta formulada por el jurado popular en la cuarta sesión del juicio que se sigue en la Audiencia de Zaragoza contra Antonio Gabarri Abajo, sus padres y Jesús Gabarri Ferreruela, tío del primero, que se exponen a 14 años de cárcel.

Los peritos subrayaron que, pese a que la víctima "no presentaba signos externos de violencia", sí sufrió en cambio "unas hemorragias cerebrales como consecuencia de un golpe en la región parietal izquierda". "Las hemorragias --afirmaron los forenses-- ocasionaron un edema cerebral que causó la muerte de Ghana Vasagan" el 22 de abril del 2002.

Los peritos manifestaron que "el traumatismo pudo deberse a una caída", una afirmación con la que parecieron inclinarse más hacia la tesis del defensor, Enrique Trebolle, que a la mantenida por las acusaciones, para quienes la muerte de la víctima se debió a que la empujaron hasta que su cabeza golpeó una fachada.

"En la muerte de Vasagan --precisó la doctora Serrat-- influyeron factores personales, como que no acudiera al hospital nada más recibir el golpe, su etilismo y el hecho de que sufriera una cardiopatía".