El detenido por atracar una sucursal de la Caja Rural en Chiprana trató de evitar que, en el caso de ser detenido, le hallaran los 3.320 euros que había conseguido en el golpe. Por ello, decidió abrir el tambor de la persiana de una de las habitaciones de su casa y esconderlo ahí.

No hubo necesidad de emplear perros especialistas en hallar papel moneda, ya que uno de los agentes que realizó la entrada y registro en la vivienda destapó su escondite.

El atraco y posterior detención de este vecino de Caspe ocurrió el pasado martes, tal y como adelantó EL PERIÓDICO. Con el rostro cubierto por una bufanda, gorra y gafas de sol entró en la sucursal bancaria y sacó un cuchillo de grandes dimensiones a la empleada, exigiéndole que le entregase el dinero que tuviese.

La empleada entregó un total de 3.320 euros en billetes, después de lo cual el asaltante abandonó la sucursal tras decirle a la empleada que no llamase a nadie hasta pasado un tiempo, ya que en el exterior se encontraba otra persona que portaba un arma de fuego. El autor hizo estas afirmaciones con el objetivo de asustar aún más a la trabajadora. Tras recibir el aviso, la Guardia Civil logró determinar la identidad del presunto asaltante, que ya tenía antecedentes policiales por otros hechos. Esta persona fue localizada por las calles de Caspe a las 16.00 horas.

Esa misma tarde, los agentes realizaron un registro en el domicilio del detenido donde se localizaron las prendas utilizadas en el robo, así como el cuchillo con el que amenazó a la empleada. Además, oculto bajo el cajón que cubre la persiana de la ventana del salón, se halló parte del dinero sustraído en la sucursal.

El arrestado quedó a disposición judicial ayer por la mañana, decretándose su ingreso provisional en el centro penitenciario de Zuera, según fuentes de la Benemérita.