Hartazgo, incertidumbre y desinformación. Estas tres palabras determinaron ayer la reinvindicación de los trabajadores del Consorcio Aragonés de Alta Resolución (Casar) --formado por los hospitales de Alta Resolución de Jaca, Ejea, Fraga y Tarazona-- a las puertas del departamento de Sanidad.

Tras una pancarta que decía ¡Escúchanos Oliván!, representantes de los diferentes centros exigieron "respuestas" al consejero acerca de cuál será su futuro laboral con la futura integración del Casar en la red del Salud. "Estamos aquí para expresar nuestro malestar y dejar constancia de que Oliván no está manteniendo ningún tipo de diálogo ni negociación con los comités de los diferentes centros. Dijo que nuestra incorporación es muy difícil y queremos argumentos", solicitaron.

Sanidad tomó la decisión de integrar en el Salud los centros del Casar después de comprobar que "no habían cumplido los objetivos" por los que se creó el consorcio. El departamento aseguró que el proceso se llevaría a cabo el 1 de enero de este año. Sin embargo, la negociación continúa abierta y Oliván reconoció hace unas semanas en las Cortes que se tomará "el tiempo que haga falta" antes de tomar una decisión "precipitada", dijo.

Los 467 trabajadores de hasta doce modalidades de contrato laboral diferente que configuran el Casar temen por sus puestos de trabajo y denunciaron una ausencia de información "total" por parte de la DGA respecto a sus trasladados al Salud.

"Los comités hemos solicitado reunirnos con Oliván en varias ocasiones para que nos informara sobre el proceso y saber en qué medida nos afecta la situación a los trabajadores, pero no sabemos nada", apuntaron los profesionales, quienes añadieron que el consejero se entrevistó en enero "solo" con el comité de Jaca, "discriminando al resto".

"Hubo una citación en febrero para todos, pero que nunca se hizo efectiva, porque jamás llegó. Falta transparencia y consideramos que debemos ser los primeros en saber acerca de esta integración", indicaron.

Los trabajadores del Casar recordaron en su protesta "la buena disposición" de las plantillas para "mantener la calidad asistencial" de los usuarios "pese a los ajustes de personal y los recortes económicos".