Los trabajadores de la hospedería del Monasterio de Rueda, en Sástago, han empezado una movilización con el fin de aclarar su futuro laboral. La empresa que regenta el establecimiento, el Grupo Cantoblanco, echará el cierre el próximo 30 de enero, una vez terminado el contrato de explotación y después de haber quedado desierto el concurso para la adjudicación de la gestión del parador, que es propiedad del Gobierno de Aragón.

Sin embargo, sus 14 empleados desconocen qué será de ellos más allá de la fecha de clausura, a partir de la cual se abre un periodo para la realización de reformas el monasterio y sus dependencias hoteleras, según anunció la DGA.

"Tenemos miedo de quedar en tierra de nadie", señaló ayer Javier Aguayo, director de la hospedería. "Por un lado, nuestra empresa nos ha comunicado que no nos pagará el despido, y, por otro, no sabemos si podremos continuar colocados con la compañía que se haga cargo de la instalación tras un nuevo concurso", explicó.

Esa indefinición significa que los trabajadores pueden terminar sin percibir una indemnización, en la calle y sin posibilidad de recolocarse. "Nosotros solo pedimos lo que nos corresponde: que se nos abone el finiquito o la subrogación con la nueva empresa", continuó Aguayo, que subrayó que su protesta no se propone dañar la imagen de la red de hospederías del Gobierno de Aragón.

De momento, a corto plazo, el anuncio del cierre del monasterio, ha supuesto la cancelación de banquetes de boda y de comunión y la imposibilidad de reservar habitaciones.

Pero a largo plazo el perjuicio es mucho mayor. "El cierre de la hospedería es un golpe tremendo para esta zona rural", señaló Juan Luis Encuentra, jefe de cocina del establecimiento. "Se pierden puestos de trabajo de gente de la zona y se reduce el volumen de negocio de muchos proveedores de la comarca", afirmó.

En situación idéntica al Monasterio de Rueda se encuentran otras cuatro hospederías del Grupo Cantoblanco y de Touractive. Se trata de las existentes en San Juan de la Peña, Illueca (castillo del Papa Luna), La Iglesuela del Cid y Allepuz, si bien esta última lleva dos años cerrada.

La DGA asegura que, antes de convocar un nuevo concurso, llevará a cabo mejoras en los cinco hoteles. El plan del Gobierno de Aragón es sacar a concurso cada uno de ellos de forma separada, con el fin de que su explotación pueda resultar atractiva para emprendedores locales. Hasta ahora, la licitación se hacía en bloque, lo que favorecía a los grandes grupos empresariales del sector hotelero.