El anuncio la pasada semana, por parte de la DGA, de que se está tramitando la conversión en coto del mar de Aragón, en la comarca de Caspe, fue bien recibido por los ayuntamientos, los aficionados a la pesca y los numerosos negocios que giran en torno a la captura deportiva de carpas, siluros y luciopercas.

Pero todos los sectores comprometidos en la preservación de la riqueza piscícola del embalse temen, al mismo tiempo, que la conversión en coto de ese gran territorio acuático se demore tanto que el furtivismo que azota al mar de Aragón acabe esquilmando sus especies.

Para la alcaldesa de Caspe, Pilar Herrero, está fuera de duda que la creación del coto mejorará la situación existente. Pero considera que debe "compaginarse" la aplicación de la nueva normativa legal con un incremento "inmediato" de las medidas de protección del embalse, como las patrullas encargadas de su vigilancia. "El coto está bien, es un paso adelante, pero ahora mismo, sin perder un segundo, tienen que ejecutarse medidas urgentes, pues, en caso contrario, los furtivos habrán hecho un daño irreparable al embalse", afirma María Luisa Serra, presidenta de la Sociedad de Pesca Deportiva de Pesca.

Los pescadores, explica, quieren que se incremente la vigilancia, se establezca un sistema rápido de recogida de la basura, se endurezcan las penas por daños al medio ambiente y se estreche el cerco sobre los furtivos, que el pasado mes de agosto capturaron unas 5.000 toneladas de carpas, según pusieron de manifiesto las incautaciones llevadas a cabo por la Guardia Civil. "El número, el peso y el tamaño de los peces del embalse está disminuyendo de una forma brutal", manifiesta Serra, que pone como ejemplo que ahora rara es la carpa que alcanza los 14 kilos, frente a los 18 o 20 kilos de hace pocas temporadas.

"Los furtivos se llevan los ejemplares más grandes y, cuando los sorprenden, se libran pagando una multa de 80 euros", añade la presidenta de la Sociedad Deportiva. "No tengo nada que objetar a que una persona pesque para comer, pero aquí hablamos de organizaciones que pescan con artes prohibidas para comerciar ilegalmente, sin ningún miramiento con la naturaleza" y advierte de que el furtivismo pone en peligro los campeonatos de pesca y "dificultará la repoblación de sus aguas".