Lituénigo acogerá este domingo una de las tradiciones más curiosas y antiguas de la comarca de Tarazona y el Moncayo. Se trata del pesaje de los niños, una cita a la que acuden cada año los nuevos vecinos de la población desde hace décadas y que, además, está declarada como Fiesta de Interés Turístico en Aragón.

El acto empezará puntualmente en la plaza de la iglesia a las doce del mediodía, hora en que se rememorará un hecho acontecido en el siglo XVII. Por aquel entonces, una pareja que no podía tener hijos hizo la promesa a la Virgen de entregar tantos talegos de trigo como kilos pesara su hijo al nacer. Dice la leyenda que esa pareja tuvo a su primer vástago para San Miguel, patrón de Lituénigo, y desde entonces se celebra ininterrumpidamente tradición.

Así, por el peso romano que se guarda durante todo el año en el Museo del Labrador pasan todos los bebés nacidos desde la anterior celebración del patrón. Los neonatos pasarán uno por uno por los capazos, ante la atenta mirada de sus familiares que inmortalizan el momento. En el otro capazo hay granos de trigo. Al trigo total obtenido de los pesajes se sumarán los donativos realizados en la misma moneda por los vecinos. El total será subastado entre los presentes en un curiosa puja por hacerse con el botín .

Coger la llave de la iglesia

Los vecinos y visitantes se situarán a lo largo de la plaza dejando libre un pasillo en el centro. Al final de este paso se encuentra la iglesia parroquial, en cuya portalada se coloca una llave. Cada postor, colocado en el extremo contrario del pasillo, hará su oferta en puntos y a continuación cruzará el pasillo corriendo para hacerse con la llave antes de que otro candidato puje.

De esta forma, el tiempo que uno tarde en hacer el recorrido es el que el resto de postores tienen para subir la apuesta. De ser así, este empezará de nuevo la carrera. Quien se haga con la llave de la iglesia, se hará también con el trigo del pesaje. La compra, sin embargo, es simbólica, ya que el dinero obtenido se dedicará a mantener el culto a San Miguel en la población.

La tradición se completará el lunes en un acto más íntimo y en el que sólo participan los vecinos del pueblo. Así, el día después del pesaje, la costumbre marca que tenga lugar el capítulo , una reunión vecinal en la que se cobra el trigo y se eligen a los mayordomos del año siguiente. Ellos serán los encargados de obsequiar a los vecinos con pastas y licores en la festividad de San Miguel de mayo --el día 8-- en la ermita dedicada a este santo, obra del siglo XIII.

Según explica el alcalde del municipio, Julián Martínez, "el pesaje es uno de los actos que cuentan con mayor arraigo entre los vecinos y son muchos los litueniguenses que a aunque viven fuera del municipio vuelven con sus hijos para continuar con la tradición". De hecho, todos los vecinos del municipio conservan la fotografía de su pesaje. La tradición cuenta también con un escudo en el que aparece una espiga de trigo y una balanza, según el alcalde, "para rememorar el sentido de justicia que tiene el pesaje del ritual de San Miguel".