Los productores aragoneses de carne de cerdo se debaten entre la inquietud y el optimismo. Por un lado, la epidemia de peste porcina que se ha expandido con fuerza por China puede suponer una gran oportunidad de negocio para ellos ante la previsión de que el gigante asiático necesite importar más carne de cerdo, pero por otro temen que el brote acabe llegando a España. De momento, la pandemia ya ha disparado la cotización de la carne de cerdo, aunque la subida aún no ha llegado a los lineales del supermercado ni a las carnicerías.

«Nuestras industrias están muy bien posicionadas en China, por lo que esperamos que se puedan beneficiar de ese posible incremento de las exportaciones», indica a este diario el director de la Asociación Nacional de Productores de Ganado Porcino (Anprogapor), Miguel Ángel Higuera, que apunta que se estima que la epidemia puede generar una caída en la producción china del 25%. En cifras, ese descenso equivale a unos diez millones de toneladas de carne. España produce unos 4,5 millones, por lo que el efecto podría ser notable en el resto de países.

No hay que olvidar que el gigante asiático es el primer productor mundial de porcino con el 47,94% del total, seguido a gran distancia por la UE, con más del 13% y EEUU con el 10,61%. Ante este panorama, las cárnicas españolas ya se están preparando para responder a este posible incremento de la demanda. En Aragón, Grupo Jorge y Vall Companys ya venden sus productos en China, uno de los grandes consumidores de carne de cerdo junto a otros países asiáticos como Vietnam, Camboya o Mongolia, donde también se ha extendido la pandemia.

Con todo, el sector se muestra preocupado y pide extremar las precauciones ante un virus «muy resistente». «Permanece activo en los productos, así que cualquier partida de chorizo contaminada puede suponer un riesgo», advierte Higuera, que recuerda que la peste porcina africana es inocua para los humanos pero muy dañiña para los animales. De hecho, se estima que entre 150 y 200 millones de cerdos van a tener que ser sacrificados en China. «Todo esto va a mover mucho el mercado, pero no nos podemos alegrar de un problema ajeno que además es un riesgo para el resto del planeta», añade Higuera.

CIERRE DE FRONTERAS

Si el virus acaba llegando a España sería una catástrofe para la industria porque tendría que cerrar la puerta a sus exportaciones. «Se podrían perder hasta 1.500 millones de euros», subraya Higuera, que también pide reforzar los controles en el movimiento de jabalíes.

La epidemia ya ha disparado la cotización del cerdo en el mercado de futuros, un aumento que también se ha dejado notar en la lonja de Lérida, de referencia en España. «Desde enero el precio ha subido un 30% y ya está en 1,44 euros el kilo», destaca Higuera, que confía en que el encarecimiento no acabe llegando a la venta al público.