Según el inspector Sanjuán, el phising bancario, los envíos masivos de correos electrónicos tratando de suplantar a entidades bancarias para obtener los datos de las cuentas de los usuarios, prácticamente han desaparecido en Aragón. Desde marzo del año pasado solo han recibido un puñado de denuncias por este tipo de estafa. Precisamente su grupo lideró la investigación que permitió desarticular una banda de georgianos, de las más activas radicadas en España, y a cuyos integrantes se juzgará próximamente. Estos delitos, según explica, exigen una gran planificación, para hacerse también con tarjetas de los móviles de los clientes para confirmar las operaciones con el banco. Se apuesta por estratagemas más sencillas, que en ocasiones no pueden ser catalogadas legalmente de estafas, pues avisan en letra pequeña del coste del servicio. "Pero si la letra pequeña es difícil de leer en los contratos en papel, imagínese en la pantalla de un móvil", razona.