Aragón registra este año 11.512 consultas en Atención Primaria por picaduras de insectos, un dato que se ha incrementado más de un 50% con respecto al año pasado (cuando hubo 5.081) y que supone la cifra más alta de asistencia por este proceso en el centro de salud de los últimos seis años.

Así, en el 2011 se contabilizaron 8.434 casos; mientras que en el 2012 ascendió a 9.422 y, en el 2012, bajó a las 3.723 consultas, el dato más bajo en seis años. Sin embargo, en el 2014 se volvió a registrar un incremento hasta los 5.955 y en el 2015 hubo 5.876.

Salud Pública precisa que «no todas las picaduras o mordeduras de insectos requieren asistencia sanitaria», mientras que las que lo hacen «no todas acuden al sistema público de Atención Primaria». Por esto mismo, lo previsible es que haya habido más casos de los detectados.

Este año, según datos del Departamento de Sanidad, entre el 8 y el 14 de mayo se superó ya el umbral establecido y, desde entonces, se inició «un ascenso rápido y anticipado respecto a años anteriores», apuntaron desde la dirección general. A principios de junio se registro un descenso de las picaduras en un 47% en una semana, pero fue un espejismo, porque se volvió a experimentar el incremento de las consultas en la semana del 12 al 18 de junio, con un total de 2.212 visitas al centro de salud, distribuidas en Huesca (330), Teruel (197) y Zaragoza (1.686, de las cuales 1.255 se registran en la capital aragonesa y 431 en el resto de la provincia).

Desde 2011, la dirección general de Salud Pública incorpora la vigilancia de picaduras de insectos a través de la historia clínica electrónica de Atención Primaria, con el objetivo de monitorizar la demanda de asistencia por este proceso.

Se trata de afecciones por cualquier tipo de insecto, aunque lo cierto es que la presencia de la mosca negra en Zaragoza ha disparado las atenciones. Este año, tal y como confirmaba hace unas semanas el director general de Salud Pública, Francisco Falo, la campaña se preveía «más intensa» que otros años debido a una primavera muy calurosa y sin lluvias que ha dejado las riberas del Ebro y del Gállego en el lugar idóneo para la mosca negra.

El pasado 4 de mayo el Ayuntamiento de Zaragoza comenzó una serie de muestreos en ambos ríos para valorar la valorar la densidad larvaria y, por el momento, ya se han eliminado 8.164 larvas con el herbicida natural que se está utilizando. De las extinguidas, la mayoría se concentraban en el Ebro, 7.343, frente a las 821 del cauce del Gállego.