Pilar Gadea, una joven zaragozana afirma que está dispuesta a llegar "a las más altas instancias judiciales" para que se investigue la muerte de su padre, quien falleció en junio del 2000 tras ser sometido a una intervención quirúrgica en la clínica Quirón al detectársele una tumoración en el lóbulo inferior del pulmón izquierdo.

La joven presentó una querella por negligencia contra el médico responsable de la operación, F. S., que ha sido archivada en dos ocasiones por el Juzgado de Instrucción número uno. En la actualidad está pendiente de recurso en la Audiencia de Zaragoza.

Según las diligencias instruidas, Luis Gadea, de 55 años, fue operado de un carcinoma el 19 de junio del 2000. La intervención quirúrgica fue satisfactoria y, tras 24 horas en la UCI, pasó a planta. No obstante, el paciente empeoró y tres días más tarde se le realizó una radiografía.

Aunque la placa se efectuó a las nueve de la mañana, el cirujano no le vio hasta las cuatro de la tarde, según su versión, o las seis, según la de los familiares del enfermo, quien tenía un pulmón encharcado, tal como confirmó una nueva radiografía que se realizó ese mismo día. Luis Gadea falleció el 24 de junio.

El juez encargado de la instrucción ha atendido para archivar la denuncia la opinión del forense adscrito a su juzgado, quien ya en el anterior sobreseimiento entendió que el paciente hubiera fallecido en cualquier circunstancia por el avanzado estado en que estaba la tumoración.

Sin embargo un informe aportado a la causa por dos médicos de la Escuela de Medicina Legal de Madrid difieren de la anterior opinión, al señalar que el paciente recibió un tratamiento adecuado y que, si el cirujano no se hubiera demorado tiempo en evaluar la radiografía, el paciente hubiera podido salvarse.

Pilar Gadea añade que el propio cirujano que operó a su padre diagnosticó que su cáncer estaba en "estadio dos" y mantuvo que había grandes posibilidades de que sobreviviese. "En caso contrario, no se le hubiera operado, porque otros médicos opinaron que se le podía alargar la vida con quimioterapia y otros tratamientos", explica la joven.

El juez instructor decretó de nuevo el sobreseimiento provisional de las diligencias tras rechazar el informe de parte emitido por los médicos madrileños y sin interrogar a familiares y otros testigos que presenciaron la evolución del paciente. La querellante ha recurrido el archivo.

Según Pilar Gadea, "no entiendo cómo puede prevalecer la opinión de un médico forense que no se sustenta en ningún informe científico y se rechaza la prueba presentada por otros profesionales. Tampoco me parece admisible que se dé carpetazo a un caso sin escuchar a los testigos, y cuando hay pruebas y no sólo indicios de una posible negligencia. Creo que la vida de cualquier persona, mi padre en este caso, merece un mayor respeto".