Un total de 39 años de prisión pide el fiscal para un hombre de 66 años, que será juzgado en la Audiencia de Huesca acusado de presuntos delitos de violación reiterada de una hija y de maltrato habitual a otra que padece una enfermedad degenerativa. En su escrito de acusación, al que ha tenido acceso Efe , el ministerio público asegura que el procesado, A. L. O., vecino de Huesca, comenzó a abusar de su hija de 18 años en agosto de 1998, en la vivienda en la que vivía con su familia.

El fiscal relata que las agresiones sexuales continuaron en un piso que utilizaba entre semana el acusado en Zaragoza, al que llevaba a su hija con la excusa de colaborar en la limpieza, así como en el propio domicilio familiar en Huesca.

Al parecer, obligaba a su hija a acompañarle a altas horas de la noche hasta el salón de la vivienda y le decía que el contacto carnal entre padres e hijas era "normal", a la vez que le instaba a no decir nada "porque quien sufriría las consecuencias sería la madre".

La presunta víctima abandonó el domicilio familiar tres años después, en noviembre de 2001, con una hermana de 21 años afectada por una enfermedad degenerativa (síndrome de Lobstein o huesos de cristal), que le llevó a sufrir numerosas fracturas y que le dejó "graves deformidades" como secuelas.

Unos días después de abandonar el domicilio, el procesado, según el relato del fiscal, abordó en la calle a la hija a la que agredía sexualmente y al negarse ésta a hablar le dio un fuerte "golpe de kárate" que provocó su caída al suelo.

DENUNCIAS A los dos días de estos hechos, las hijas decidieron denunciar a su padre, a finales de enero de 2002. Sobre la consideración que el padre tenía con sus hijas, la Fiscalía precisa que humilló continuamente a su hija enferma a lo largo de toda su vida, mediante insultos como "coja de mierda". También la golpeaba en las piernas con una rama y daba palizas con una correa.