La plataforma ciudadana Salvemos Averly anunció ayer una propuesta para intentar sacar a flote la vieja fundición del paseo María Agustín de Zaragoza en el que apuesta por realizar un proyecto de gestión compartida en el que integrar a las Administraciones públicas, la familia Hauke (antigua propietaria del inmueble) y la iniciativa privada en el que conservar todo el complejo y reconvertirlo en un centro de interpretación de la industria aragonesa.

Sin embargo, su idea vuelve a topar con el mismo obstáculo que otras veces: la inversión. Esta plataforma la cifró ayer en unos diez millones de euros y pidió la implicación de la DGA, el ayuntamiento e incluso el Estado. Pero ninguna de las tres han mostrado interés en destinar un euro hasta ahora.

Mientras, el derribo sigue siendo una incógnita desde que la Fiscalía del Estado ordenó paralizar la concesión de licencia hasta analizar todo el expeiente.