Santos Hernández Giménez anunciaba ayer, plantado con megáfono y pancarta a las puertas de la Subdirección de Protección a la Infancia y Tutela de la DGA, en la zaragozana calle Supervía, que no reblará hasta que el Gobierno de Aragón le devuelva a sus dos nietos pequeños. «Lucharemos hasta el final», advertía. «Nosotros no somos ricos, pero no nos falta de nada, tenemos la casa en condiciones y podemos cuidar de nuestros nietos», añadía. «No pueden separar hermanos, lo llevan muy mal».

La familia lucha por recuperar la custodia de dos menores de 8 y 9 años, que actualmente permanecen con familias en proceso de preadopción, también separados entre ellos. La DGA retiró la custodia de los cuatro a la madre, después de que su padre entrara en prisión y la madre no les atendiera.

Esto no lo discuten los Hernández, pero el tío paterno y su mujer solicitaron la custodia de sus sobrinos, y el Gobierno de Aragón les ha declarado «idóneos» para cuidar de los dos mayores, pero no de los pequeños. Algo que su abogada, Sara Marco, no acaba de entender, ya que los informes de los Servicios Sociales, que en un caso conceden y en otro deniegan la custodia, son calcados.

La abogada considera que esta falta de criterio les provoca indefensión, pero aun así ha recurrido la decisión de la DGA, haciendo valer que, desde que los dos mayores viven con sus tíos, han solucionado sus problemas de absentismo escolar. La separación, advierte, hace «mella» en los hermanos y la familia.