Alrededor de tres meses serán necesarios para llevar al Splash al lugar donde nació y vivió en un complejo proceso en el que hay que manejar un total de 134 piezas, algunas de ellas de gran porte. La empresa Enroque, que ya lo montó en su día, es la encargada de volver a llevar la escultura a la Torre del Agua y destinará para eso a seis personas. De hecho, la firma ya recibió en el 2010 un precio de la Asociación de Profesionales de Diseño por esta misma labor, que ahora repetirá seis años después de la Expo.

Las cifras hablan por sí mimas. El peso total de la escultura es de unos 3.700 kilos, de los cuales 2.850 corresponden al conjunto central de 35 piezas de grandes dimensiones, que se suspende por seis puntos. El resto de elementos se distribuyen en otros cinco grupos de estructuras circulares y salpicaduras de diversos tamaños

La escultura será trasladada esta próxima semana de los almacenes municipales a la sede de la empresa, donde estará un mes y medio con las labores previas y con el proceso más delicado: el repintado de cada una de las piezas. Sobre todo de las de mayor tamaño, que tuvieron que seccionarse para sacarlas del inmueble. Ahora se volverán a montar, pintar y lijar. No es un proceso fácil. "Es como pintar un edificio con laca de uñas", asegura el director técnico de Enroque, Lorenzo Barón.

Ha sido preciso comprar una pintura especial, traída de Italia. Los operarios premontarán las piezas de mayor tamaño que se repintarán en unas cabinas especiales, para después embalarlas de nuevo. En estas de gran envergadura hay incluso huecos interiores en los que entra el personal para unir las juntas de aluminio.

Cuando concluya este delicado proceso, se volverá a utilizar el denominado peine, que está en la Torre del Agua, una plataforma de doce toneladas colocada en la parte superior del edificio de donde se cuelgan los cables de acero que sostienen el Splash. "Hay unos dos kilómetros de cables, distribuidos en unos 200 segmentos con la medida precisa para cada pieza. Todos ellos embalados y numerados para que coincidan exactamente", relata Barón.

Las piezas se colocan en el suelo y se elevan una a una hasta que queden suspendidas a la altura indicada para lo que usan polipastos y andamios especiales de gran altura. Eso durante otro mes y medio para que el Splash recupere su sitio.