El artista Paco Lafarga muestra desde hoy en Zaragoza sus últimas pinturas al óleo y dibujos, algunos todavía en elaboración, sus obras más íntimas en las que busca la belleza inadvertida, el deseo oculto, los estados de ánimo, es decir, aquello que subyace en el interior de cada uno.

Lafarga (Zaragoza, 1977) así lo ha explicado en su exposición, titulada "Cuando el deseo recogido", que se podrá ver en el Instituto Aragonés de Arte y Cultura Contemporáneos (IAACC) Pablo Serrano de la capital aragonesa hasta el 18 de enero de 2015.

Las obras que muestra en la Sala Lateral del museo, nueve pinturas, que incluyen un tríptico, doce dibujos y el óleo sobre tabla "Trozo", han sido producidas en su mayor parte en 2014, aunque algunas pertenecen a 2013, además de un cuadro de 2011 que ha "rescatado" y ha retomado este año, ha informado.

Por eso, ha subrayado que en esta exposición muestra sobre todo cosas que están en elaboración como una forma de "exponer, privadamente, tus vergüenzas, tus pequeños logros, tus tanteos, tus frustraciones, están ahí", ha dicho.

"Desnudo en el estudio", "En el abismo", "P" y "Cuando el desnudo recogido", que da título a la muestra, son algunas de las creaciones que cuelga en el Pablo Serrano y con las que busca la belleza inadvertida, el cuerpo y su sexualidad, y la seducción de su estudio.

Lafarga, quien ha recibido este año el Premio-adquisición Antonio López de pintura y dibujo de la ciudad de Tomelloso, ha reconocido que en sus comienzos era muy "daliniano" y que, posteriormente, su trabajo ha estado influenciado por Goya, algo "incuestionable"; Rembrandt, cuyos autorretratos le parecen dramáticos y le emociona, además de Antonio López y sobre todo Golucho, su mentor y amigo.

Sin embargo, el artista zaragozano, que expone por primera vez en el IAACC Pablo Serrano, pero ha participado en muestras individuales y colectivas, ha afirmado que intenta huir totalmente de etiquetas, de forma intencionada y de forma inconsciente.

"Lo que me interesa es la materia y traspasar un poco, crear algo verdadero, no rendir un tributo claro a realismos o hiperrealismos, porque eso simplifica mucho lo que hacemos los autores y es como encorsetar", ha agregado.

En su opinión, la pintura tiene que fluir, discurrir libre, y "yo la dejo que discurra". "Tampoco parto con ideas muy preconcebidas, me gusta lanzarme un poco al abismo y, al terminar el trabajo, es cuando te das cuenta de lo que buscabas", ha precisado.