Son alrededor de 60 pueblos de Cataluña, Aragón, Andorra y de la parte francesa de la cordillera los que esta noche se iluminarán con antorchas y teas, faharos y brandons --denominaciones según la zona-- en torno a una tradición milenaria. Declaradas Patrimonio Inmaterial de la Humanidad por la Unesco, las Fallas del Pirineo tienen por objeto recibir el solsticio de verano en la noche más larga del año, la de San Juan.

En la zona de Sobrarbe, los vecinos de San Juan de Plan son los únicos que mantienen la tradición con la llamada La Corrida de la Falleta. Primero compartirán una cena en la zona conocida como Planeta de la Falla hasta que anochezca y, con la caída de la oscuridad, encenderán las teas y antorchas y comenzarán el descenso hasta el municipio. Los más jó- venes tienen el reto de bajar a la carrera sin que se apague su falla y una vez en el pueblo las amontonan en la hoguera, en torno a la cual se montará la fiesta.

FUEGO PURIFICADOR /En La Ribagorza, la fiesta se alarga hasta el día 28 de junio. Montanuy y Sahún lo celebran esta noche, Bonansa mañana, Anento lo retrasó al primer fin de semana de junio y Castanesa lo hace coincidir con su fiesta mayor, el día de San Pedro.

De entre estos municipios, la fiesta más espectacular se la atribuyen a Sahún, donde voltean las bolas de fuego por encima de las cabezas de mozos y mozas creando auténticos dibujos luminosos. Les falles de Saúnc son varas de avellano y corteza de abedul, preparadas días antes. El último joven que ha contraido matrimonio tiene el honor de encender el faro que da inicio a la fiesta. El origen de esta tradición se podrá descubrir este año con un guía que saldrá desde la iglesia de Montanuy.

En Bonansa, la fiesta sse ha perdido y recuperado varias veces. Todo se inicia en la ermita de San Aventín, donde también se comparte una cena. la hoguera o faro se enciende al son de la música y cada participante alimenta el fuego con su tea. Recuperada y perdida varias veces, la fiesta parte de la cercana ermita de San Aventín. Después de compartir la cena al son de la música, se enciende una hoguera (el faro) que alimenta la falla de cada participante. Después, todos los participantes forman una serpiente de fuego que ilumina el sendero hasta el pueblo donde, a la carrera, se espera con otra hoguera que servirá, al final de la noche, como brasero sobre el que se saltan las brasas.

Laspaúles, Villarrué y Suils comparten también estructura de sus fiestas de fallas. Son las tres localidades del municipio de Laspaúles que mantienen la tradición esta noche y coinciden con el resto de municipios en la creación de sus fallas, sus hogueras y el recorrido hasta el pueblo donde se reparte la purificación del fuego.

La festividad de San Juan convierte la parte más oriental del Pirineo hispano francés en un lugar mágico