El equipo de Gobierno municipal del PSOE-CHA sufrió ayer la enésima algarada en el pleno, esta vez por impulsar la recalificación de Aceralia, en el barrio del Picarral. Varias decenas de empleados de la empresa papelera Saica, vecina de la siderúrgica cuyos suelos acogerán en el futuro 2.344 pisos libres, acudieron a la Casa Consistorial para mostrar su rotundo rechazo a una operación que, entienden, incrementará la presión social y pondrá en peligro sus 250 empleos "a medio plazo".

La recalificación pretende financiar parte del traslado de Aceralia y de 14 empresas del entorno al extrarradio de la ciudad, para lo que se permitirán construir bloques de pisos de hasta 16 alturas. Para evitar conflictos con Saica, el plan especial diseñado deja una banda de equipamientos de 200 metros de anchura entre las futuras viviendas y la papelera.

Portando pancartas y pitos, los trabajadores interrumpieron la sesión plenaria durante unos minutos gritando y pataleando. La recalificación fue aprobada por unanimidad, lo que provocó que exaltados insultaran al alcalde y se vitorearan consignas contra PSOE y PP.

Un miembro del comité de empresa, Angel Abenia, apuntó que se sienten "traicionados" por el PSOE, ya que hace meses pedía "diálogo" al PP y ahora ha tramitado la recalificación sin mover una coma. A su juicio, la llegada de más vecinos incrementará la presión sobre Saica para que se traslade, y recordó las recientes inversiones medioambientales.

Por su parte, el alcalde, Juan Alberto Belloch, remarcó que la recalificación se aprobó con el voto de todos los grupos y que el convenio de Aceralia es "bueno" porque permitirá trasladar industrias sin afectar a Saica. "En las protestas priman más los intereses particulares de una empresa que los generales de la ciudad, algo que en ningún caso ocurrirá mientras sea alcalde".