El Consejo de Ministros aprobó ayer el Plan de Cuenca del Ebro, que garantiza la reserva hídrica de Aragón en 6.550 hectómetros cúbicos. El proyecto recibe luz verde, en medio de la polémica, que proviene sobre todo de Cataluña, que ya ha anunciado que lo recurrirá. Sin embargo, satisface al Gobierno de Aragón, porque considera que se frena cualquier posibilidad de trasvase, y porque además contempla las obras del Pacto del Agua.

El consejero de Medio Ambiente del Ejecutivo autonómico, Modesto Lobón, se felicitó ayer por el contenido del plan de cuenca porque en su opinión, pone de manifiesto que no se hará "ningún trasvase". "Para nosotros es muy positivo porque aparece recogida la reserva hídrica que figura en el Estatuto de Autonomía y además contempla las obras pendientes del Pacto del Agua", dijo. Otro de los blindajes que figura en el plan es una reserva estratégica de 850 hectómetros cúbicos a favor del Gobierno de Aragón. Se trata, según Lobón, de un instrumento que permite atajar, más allá del Estatuto, cualquier amenaza de trasvase.

En el plan figuran unas inversiones de más de 2.500 millones de euros entre todas las administraciones. Más de 1.100 millones de euros se destinarán al cumplimiento de objetivos ambientales, en especial a través de actuaciones de saneamiento y depuración de aguas residuales urbanas. Otros 1.100 millones de euros se destinarán a la construcción de nuevas infraestructuras de regulación y mejora en la atención de los regadíos. A estas cantidades hay que sumar 175 millones más para poner en marcha medidas orientadas a la mitigación de los efectos de los fenómenos meteorológicos extremos y otros 150 millones de euros para la mejora del conocimiento y la gobernanza.

El proyecto satisface a todas las comunidades salvo a Cataluña. El conseller de Territorio y Sostenibilidad de la Generalitat, Santi Vila, aseguró que el proyecto de cuenca "es lesivo para la conservación del río" y anunció que lo recurrirán "con contundencia por la vía administrativa". Garantiza unos caudales ecológicos por encima de los 3.000 hectómetros cúbicos anuales "para satisfacer las necesidades del Delta". Sin embargo, Vila subrayó que la Generalitat estudia si el caudal mínimo aprobado contraviene la Directiva Marco del Agua de la Unión Europea. "Este plan es lesivo para la conservación del río, para su sostenibilidad ambiental y no impide la regresión y la salinización", destacó Vila.