Zaragoza ya dispone de un plan de lucha contra la pobreza infantil que pretende unificar, ordenar y cohesionar los recursos y las acciones existentes y trabajar en la prevención de una manera más cercana y directa con las familias. Se trata del primer programa de la historia del consistorio que pretende afrontar la cruda realidad a la que se enfrentan un 26% de los menores en Aragón -según Save The Children- que además de la pobreza económica, también sufren las consecuencias de la exclusión. Según el INE, en la capital el 27% de los menores está en riesgo.

El Gobierno de Zaragoza en Común (ZeC) quiere tenerlo aprobado antes de verano. Hasta entonces, tanto grupos municipales como entidades relacionadas con la infancia podrán realizar sus aportaciones. Se trata, en definitiva, de un plan que pretende analizar la situación del momento desde diferentes ámbitos con el fin de abordar de una manera realista y colectiva un problema del siglo XXI.

La responsable de Acción Social, Luisa Broto, explicó ayer que uno de los problemas que deben salvar las administraciones públicas es la «pobreza heredada», que se transmite de generación en generación y a la que se enfrenta un gran número de menores. «Los niños son el futuro de esta ciudad y se merecen todos los derechos» como el acceso a una vivienda, a una buena alimentación, a la educación o a algo tan sencillo como una actividad extraescolar.

150 MEDIDAS

Este plan, dotado de 900.000 euros para este año, tiene una duración de cinco años (2017-2012) e incluye 150 medidas, de las que algunas ya están en marcha, elaboradas a partir de la reflexión de que «la pobreza, además de económica, también tiene que ver con un factor estructural relacionado con el contexto donde crecen los menores y con otro subjetivo», explicó el coordinador del área de Derechos Social, Ignacio Celaya.

El Documento Cero incluye cuatro líneas estratégicas: la mejora de las condiciones de vida de las familias, los niños, la redistribución de la responsabilidad y la reversión de las estructuras que generan la pobreza y la exclusión.

Actualmente existen un gran número de recursos que tratan de minimizar el impacto de la pobreza en los más pequeños. El objetivo del ayuntamiento pasa por unificar todas las actuaciones, cohesionarlas y darles un sentido colectivo y transversal. Se trata de una carrera de fondo que debe minimizar la exclusión generando redes y recursos comunitarios de apoyo que puedan compensar los procesos estructurales de exclusión desde el refuerzo del ámbito familiar.

Para ello, se plantea crear espacios familiares y comunitarios en todos los distritos atendidos por profesionales; modificar los baremos de acceso a las escuelas infantiles; potenciar la red de apoyo y refuerzo escolar o crear proyectos integrados en la atención a la infancia.

El éxito de este proyecto, en gran medida intangible, está directamente relacionado con el compromiso de las administraciones públicas, los agentes implicados y la sociedad. «La pobreza no es una cuestión individual», puntualizó Broto, sino que tiene que ser un abordaje integral y con una implicación colectiva.