El Ayuntamiento de Zaragoza tendrá que pisar el acelerador si quiere ver completadas todas las actuaciones previstas en el Plan Integral del Casco Histórico (PICH) que concluye este año. Pese a que fuentes municipales aseguran que el 90% del proyecto se ha ejecutado durante los siete últimos años, para este ejercicio aún quedan pendientes intervenciones por un valor de 10,7 millones de euros.

El documento fue aprobado en 1997 como un plan urgente urbanístico y social con el que reactivar el Casco Histórico. Se fijaron toda una serie de proyectos a desarrollar en ocho años, entre ellos, la reforma de las calles de San Pablo o Conde Aranda, la renovación de las infraestructuras de vertido y abastecimiento, la reactivación del comercio o la promoción de los colectivos inmigrantes.

A esos 10,7 millones se debe añadir el valor de las obras también pendientes del casco histórico de los barrios del Arrabal y de Jesús. El proyecto para acondicionar la recién renovada estación del Norte y la reforma de las calles Horno, Mariano García, Jesús y plaza Jesús tiene un coste de 1,7 millones de euros, que también deberá gastar el ayuntamiento zaragozano a lo largo de este año.

En la actualidad, la calle Conde Aranda ya es transitable desde la avenida de César Augusto hasta las calle Mayoral, tramo en el que se ha completado la calzada y se procede a colocar las baldosas en las aceras. Sin embargo, el vial no se ha abierto al tráfico porque las obras continúan entre Mayoral y la plaza del Portillo.

Para cumplir el calendario, los responsables municipales de Infraestructuras han hecho un detallado seguimiento del desarrollo de las obras. "Se está trabajando a un ritmo muy adecuado y con una atención al público lo más cercana posible", aseguró el concejal Ricardo Berdié.

La remodelación de Conde Aranda era una importante reivindicación de los vecinos y de los doscientos comercios del sector y ha precisado de una inversión de cinco millones de euros, cofinanciados al 50% por el ayuntamiento y por los fondos Feder. Cuando finalicen las obras quedará pendiente una serie de actuaciones sociales para elevar la seguridad del sector y atender a los colectivos de inmigrantes que habitan en la zona.