El Plan de Retorno Joven del Gobierno de Aragón ha propiciado el regreso a la comunidad de 110 personas, según expuso ayer en el pleno de las Cortes la consejera de Ciudadanía, María Victoria Broto. La cifra supone un aumento de en torno al 50% en mes y medio, ya que la última vez que se dieron datos de este plan, a principios de enero, eran poco más de 70. Algo por lo que Broto afirmó que en el Gobierno de Aragón están «muy satisfechos».

El programa, coordinado por el Instituto Aragonés de la Juventud (IAJ), fue aprobado en octubre del 2018, pero no fue hasta hace pocos meses cuando se activó a pleno rendimiento, una vez realizados todos los estudios previos, lanzada su página web y analizado las necesidades de los retornados.

En el pleno, todos los grupos avalaron con más o menos entusiasmo la iniciativa. La diputada del PP Marian Orós sí incidió en que la exposición de Broto fue de «fuegos de artificio», como luego le afeó la consejera en su intervención final. Pero también es cierto que Orós se refería en gran medida a que no había dado apenas datos, ya que no los ofreció hasta su turno de réplica, sin posibilidad de recibir contestación.

Lo que sí detalló la consejera, ya en su primera intervención, a petición propia, fue que la partida para ayudas, al desplazamiento o a los dos primeros meses de alquiler, que benefició a 52 personas, agotó el año pasado sus 50.000 euros de presupuesto. Este año se repite la cantidad, pero de forma «ampliable», y podría servir también para locales de negocio, en un futuro, según Broto.

Por lo demás, detalló que el programa ha atendido a 326 jóvenes interesados, aunque los retornados efectivamente sean un tercio de ellos, y prestado 1.283 servicios como asesorías laborales y emocionales, «muy demandadas» por los jóvenes. También hay 97 empresas involucradas en el proyecto, el doble de las que había a principios de año.

Según expuso la consejera, el plan ha requerido, y sigue haciéndolo, de múltiples colaboraciones y reuniones con empresas y entidades, también con administraciones como comarcas y ayuntamientos, ya que uno de sus objetivos es ganar habitantes jóvenes para las zonas más afectadas por la despoblación.

PERFIL

Tras el estudio previo de los requerimientos del programa, se comprobó que a diferencia de lo que sucede en otras comunidades, los jóvenes que quieren acogerse al programa de retorno aragonés son universitarios, no desempleados, y hay más mujeres que hombres entre los requirientes.

Las líneas de trabajo, expuso la consejera Broto, han pasado por la asesoría laboral, para analizar los currículums de los aspirantes y ponerles en contacto con empresas que puedan requerir de sus servicios. En esta línea, también se ha habilitado con el INAEM un código especial para que puedan buscar empleo en la comunidad desde el extranjero como si fueran un residente más. Aun así, son muy pocos los que llegan con una oferta ya cerrada.

También se ha trabajado en asesorías de movilidad internacional, como la gestión de la Seguridad Social, el empadronamiento o la homologación de títulos. Al respecto se ha editado una guía general, además de asesoramientos individuales.

A esto se añade la asesoría emocional, para ayudar en la toma de decisiones o en la integración, que según Broto ha sido «la segunda más demandada» tras la laboral.