El Plan Retorno del Talento Joven Aragonés, que trata de facilitar el regreso de aquellos que se fueron de la comunidad para desarrollar su carrera, ha facilitado la vuelta de 74 jóvenes en su primera edición y ha llegado a un total de 252 usuarios con los distintos servicios que ofrece.

El programa, dependiente del Instituto Aragonés de la Juventud (IAJ) y del que se pueden beneficiar personas de hasta 35 años, ha completado así su primer año de andadura, un recorrido del que se muestran «satisfechos» desde el IAJ, como manifestó este lunes su director, Adrián Gimeno, en el balance que hizo de este plan. En él, además de ofrecer datos relacionados con el perfil de los retornados, desglosó los distintos servicios que ofrece y las nuevas medidas que incorporará en la edición del año que comienza.

Así, precisó que de los 74 jóvenes que han vuelto, un 60% son de sexo femenino -46 mujeres por 28 hombres- y que los casos resultan variados. En ellos abundan personas con una «altísima cualificación» en el ámbito sanitario, pero también de otros sectores como la investigación científica, la ingeniería o la administración.

Una evaluación positiva, a pesar de que en el momento del lanzamiento de esta iniciativa se estimaba que unos 7.000 jóvenes de la comunidad se habían ido y que ahora podrían ser unos 8.000, como dijo Gimeno. El mismo, no obstante, precisó que no existe un registro oficial y que estos números son «una foto fija de los que salen», pero no la cifra «real» de los que están fuera en este momento.

«Son 7.000 que han salido, pero no sabemos cuántos han regresado, y hay personas que no desean regresar. Este no es un plan para obligar a gente que se ha ido a que vuelva, es una ventana que se da para aquel que quiera regresar», recalcó. De hecho, manifestó que, si bien para el 2020 la intención es aumentar esta cifra, esta primera edición no contaban con que volvieran tantos. «Nuestro propósito no era que regresaran los 7.000, que es decisión última de esas personas», dijo.

Gimeno mostró su satisfacción también porque el público objetivo -es decir, los jóvenes que se encuentran fuera- lo esté conociendo y apuntó que, de los 74 regresados, la mayoría lo ha hecho con un puesto de trabajo.

En ese sentido, recordó que este plan, además, está diseñado para que sus usuarios mantengan los lazos con Aragón y puedan seguir la actualidad del territorio, por lo que también va dirigido a jóvenes «que igual no se están planteando regresar a corto plazo pero igual sí a medio».

El programa, además de facilitar la vuelta a Aragón, incluye cinco asesorías que trabajan las áreas laboral, emocional, de movilidad, de emprendimiento y de vivienda. En total, han desarrollado 1.133 servicios con los usuarios a lo largo del año pasado.

En su trabajo, los asesores elaboran un itinerario personal dependiendo de las necesidades. «Hay gente que no nos pide un empleo porque ya viene con él», ejemplificó. También mostró otros casos, como aquellos que regresan con pareja o hijos o aquellos que solicitan asistencia en lo referido a campos como el fiscal o la adaptación de una empresa a la legislación autonómica.

La asesoría laboral, la más demandada y la que ha generado más de la mitad de las consultas (600), incluye asistencia para elaborar y presentar un currículum, reconversión profesional y contacto con posibles empleadores. El plan cuenta, actualmente, con 54 empresas adscritas y quieren que se sumen más, por lo que Gimeno avanzó que van a lanzar campañas y reconocimientos a las compañías que empleen a retornados.

También destacó el trabajo de la asesoría emocional, que ha llegado a 63 personas y ha realizado 400 servicios. A su juicio, «está funcionando muy bien». En ella, precisó que, sobre todo, trabajan el «choque cultural inverso», es decir, el doble cambio en la vida que supone, primero, irse de casa y, segundo, adaptarse de nuevo al origen, una vez se ha habitado fuera.

En cuanto a la convocatoria de ayudas, que puede alcanzar un máximo de 3.000 euros por beneficiario, precisó que han llegado a 38 jóvenes para gastos de desplazamiento, transporte de enseres y mascotas y de los dos primeros meses de alquiler al volver. En este campo, avanzó que este año incluirán ayudas para el emprendimiento, ya que buena parte de los posibles beneficiarios dijo que no les importaría volver montando su propio negocio.

“QUERÍA ENSEÑAR INGLÉS EN ESPAÑA”

Marta Mancebón es una joven zaragozana de 29 años licenciada en Filología Hispánica que ha vivido 4 años fuera de Aragón. Primero en Inglaterra, donde estuvo 3 años y ahora, antes de regresar, otro más en Estados Unidos.

«Volví en junio porque se me acababa la visa y porque lo que quería era enseñar inglés en España», relata sobre su periplo. Ahora, tras pasar por el Plan Retorno, trabaja como profesora de este idioma en la Academia General Militar.

«Estoy muy contenta, tengo contrato hasta julio. Es algo temporal pero a lo mejor se puede renovar», afirma sobre su situación actual. Sobre este programa, explica que lo conoció por internet y por amigos, y destaca el trabajo de su asesora para realizar su currículum. «Chapeau por Pilar», zanja.

"ME HE SENTIDO ACOMPAÑADA"

El recorrido de Ana Omella le llevó desde Fórnoles, en el Matarraña, hasta Barcelona, donde estudió y vivió 10 años y, más tarde a Argentina, de donde ha regresado después de 3 meses de estancia. De hecho, explica que contactó con el Plan Retorno cuando se marchó a ese país.

«Fue muy positivo porque he sentido un acompañamiento emocional, es un espacio muy familiar», indica. Ahora vuelve a residir en Fórnoles, lo que le parece «una oportunidad». «En los pueblos lo tenemos todo. Están todos los ámbitos por explotar», indica.

Omella, que estudió Magisterio, también se centra en la reflexología podal y el método Afroyin. De hecho, esta joven maestra afirma que le gustaría emprender y crear su propia empresa.

"LO QUE PODAMOS DEVOLVER ES POSITIVO"

Borja Purroy es historiador del arte, tiene 32 años y trabaja en Florencia, en los museos de la ciudad. Llegó con una beca Leonardo, hace ya casi 5. Ahora, regresar es una de las opciones que tiene en cuenta para el futuro.

Sobre este plan, afirma conocerlo aunque señala: «Hablando con otras personas emigradas, parecía que la situación era difícil y ante un posible retorno, compensaba continuar en el extranjero», recuerda. No obstante, valora estos programas para aprovechar «el potencial» de los que se han tenido que ir habiéndose formado en Aragón.

«Todo lo que podamos devolver a nuestro territorio es algo positivo», añade. Por ello, considera que el Gobierno autonómico debería dar «más importancia» a este tipo de iniciativas y menos a otras.